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EL ASALTO A LA RAZÓN

Sin juicio aún, ya lo condenaron

A Genaro García Luna se le acusa de facilitar el contrabando de droga a Estados Unidos, recibir sobornos y haber “protegido” a la banda de Joaquín Guzmán Loera (cártel de Sinaloa). Se da crédito a versiones que un ex compinche suyo: Jesús Reynaldo El Rey Zambada García, hermano de Ismael El Mayo Zambada, profirió en el juicio contra su camarada El Chapo.

Mucho es lo que no encaja en lo propalado entre martes y miércoles.

Durante la gestión del indiciado como director de la Agencia Federal de Investigaciones (con Vicente Fox) y secretario de Seguridad Pública (con Felipe Calderón), ese mismo testigo Zambada fue capturado y extraditado a EU. Y a su pandilla se le decomisó el mayor cargamento de cocaína en el mundo (23 y media toneladas).

Sin embargo, al presidente Andrés Manuel López Obrador le son suficientes la detención y las acusaciones para decir que se demuestra que “el principal problema del país era la corrupción”.

De muy alto contraste fue la opinión del ex jefe de Operaciones Internacionales de la Drug Enforcement Administration (la agencia estadunidense antidrogas conocida por su siglas DEA), Mike Vigil: “Nunca vi ningún problema de corrupción, ningún problema que comprometiera cualquiera de nuestras operaciones. Probablemente trabajamos mejor con él que con cualquier otro funcionario mexicano”.

La presunción de inocencia (piedra de toque del nuevo y civilizatorio Sistema de Justicia Penal mexicano) tampoco es tomada en cuenta por el secretario federal de Seguridad, Alfonso Durazo. Antier tuiteó: “Hay quienes volteaban con aguerrida nostalgia hacia la ‘estrategia’ de seguridad del pasado; la detención de hoy la ha reducido a la trágica protección oficial del gobierno de Calderón al cártel de Sinaloa. Este hecho refleja por sí solo el desastre que heredamos en esta materia”.

En su mañanera de ayer, López Obrador se explayó: “García Luna los tenía fascinados. Imagínense, ¡un servidor público capaz de recibir sobornos! Es mejor la honestidad, que se resista al soborno, que no tener ideales. Los vuelve locos el dinero, los autos, las residencias…”.

Pero también matizó: “No sé qué vaya a concluirse sobre la investigación, está iniciando. Es lo mismo que sucedió cuando inició lo de Guzmán Loera. Se investiga, se escuchan testigos, hablan todos. Estados Unidos tiene un sistema donde reducen penas si se dice la verdad, si se colabora. Entonces hay que esperar qué va a declarar García Luna, cómo se va a defender; hay que ver lo de los bienes, y no deja de ser presunto, tiene derecho a la defensa”.

Si de hacerse de dinero sucio se trató, García Luna bien pudo pellizcarlo (se supone que en el neoliberalismo sobraban oportunidades para la corrupción) de las partidas presupuestales de las instituciones que encabezó, mucho más del que se supone sumaron los sobornos de los hermanos Zambada.

¿Uña y carne de narcos y se le ocurre irse a vivir hace siete años a Florida y pretender la ciudadanía del país contra el que se dice “conspiró…”?

cmarin@milenio.com

Ámbito: 
Nacional