En 2019, 49 informadores han sido asesinados y 389 están en prisión por su trabajo
México se ha convertido en una de las zonas más peligrosas para los periodistas. En lo que va de año han sido asesinados 10 informadores, la quinta parte de los que han perdido la vida en el ejercicio profesional, según el informe anual de Reporteros sin Fronteras (RSF) presentado este martes. La organización internacional ha contabilizado en todo el mundo 49 asesinatos, frente a los 87 del año pasado. Se trata de la cifra más baja desde 2003, si bien ahora hay más muertes en países de paz que en zonas de conflicto. Además, todas las víctimas son informadores locales.
América Latina es la región más peligrosa para la prensa. Junto a los 10 crímenes registrados en México, este año se han contabilizado otros dos asesinatos en Honduras, uno en Colombia y uno en Haití. "México acumula en solitario todos los récords: en primer lugar, el mayor número de muertos en 2019 en un país en paz, tantos como Siria en guerra. En segundo, la probabilidad de que los autores de estos asesinatos sean juzgados algún día es casi nula, ya que el país también se distingue por su tasa de impunidad, que supera el 90%. Esta espiral de violencia se ha llevado a vida de Norma Garabia Sarduza o de Francisco Romero Díaz.
Dentro de la región, RSF está verificando otros 10 casos en países como Brasil, Colombia o Chile. Algunos periodistas fueron abatidos a tiros pese a contar con escolta y portar el llamado “botón del pánico”. “La lentitud, incluso los incumplimientos de la justicia de los diferentes países afectados, impiden hacer toda la luz sobre estas muertes”, sostiene RSF.
México comparte la trágica lista con Siria, un país salpicado por un largo conflicto bélico. El hecho de que los grandes medios de comunicación hayan dejado tener corresponsales o desplazar enviados especiales a la zona y la cada vez mejor preparación de los reporteros de guerra han contribuido al descenso de víctimas en Oriente Próximo. “Han aprendido a ser más cautos. En Afganistán era normal que estallara un coche bomba y cuando llegaban los periodistas a tomar imágenes estallaba otro”, ha expuesto el presidente de la sección española de RSF, Alfonso Armada, durante la presentación del informe. Es significativo que en Afganistán se haya pasado de 16 muertos en 2018 a cinco y en Yemen, de ocho a dos.
El balance de RSF recoge también 57 periodistas secuestrado y 389 encarcelados (un 12% más), casi un tercio de los cuales están en prisiones chinas. De la represión contra los uigires no se ha librado el fotoperiodista Lu Guang, triple ganador del World Press Photo, que ha permanecido detenido durante varios meses. China, junto a Egipto y Arabia Saudí concentran casi la mitad de todas las detenciones. “Más del 40% de los periodistas encarcelados son no profesionales que tratan, pese a una censura creciente de las redes sociales, de paliar a una prensa tradicional cada vez más vigilada y amordazada", remarca el informe.“El mal no se circunscribe a los países totalitarios”, advirtió Armada.
Lo demuestra el hecho de que en Europa han sido asesinados en los últimos años cinco periodistas. Matthew Caruana Galizia, hijo de la periodista de investigación Daphne Caruana Galizia asesinada en 2017, continúa infatigable las pesquisas para desentrañar quién ordenó poner una bomba en el coche de su madre. Recuerda el día después de esta acción criminal el Gobierno de Malta se apresuró a señalar a traficantes de aceite procedentes de Libia como los autores. “Los periódicos internacionales lo publicaron sin más, dando crédito a esta versión. Fue una campaña de propaganda de la oficina del primer ministro para confundir y bloquear la investigación”, ha explicado Caruana Galizia en Madrid, invitado por RSF. “El Gobierno tuvo éxito en la construcción de una fachada para tapar la mafia que existía en Malta. Los demás Gobiernos europeos creyeron esa imagen. No les culpo. Es muy fácil creerlo”, lamentó el periodista, que considera a su país un “Estado mafioso donde ninguna institución del Gobierno está funcionando”, apunta. La intimidación es otra forma de erosionar la libertad de prensa.
Lo saben bien Elaíze Farias, cofundadora de la agencia de noticias medioambientales y sociales Amazonia Real, y la reportera de Informativos Telecinco en Cataluña Laila Jiménez, que han participado en la presentación del informe. Farias ha reclamado que los periodistas vean las condiciones de vida de los indígenas de la Amazonia y no se queden solo en “la imagen estereotipada”, mientras que Jiménez ha lamentado la escalada de insultos y agresiones que los informadores están sufriendo por parte de los independistas. La reportera ha recordado que durante las manifestaciones posteriores a la sentencia del procés se ven obligado a usar chaleco identificativo y casco.
España se ha visto salpicada este año por varios intentos de cercenar la libertad de información: desde la vulneración del secreto profesional hasta la imputación de periodistas por publicar datos de sumarios judiciales pasando por el veto de Vox a varios medios de comunicación. Estas acciones ponen de relieve, según el presidente de la Federación de Asociaciones de Periodista de España, Nemesio Fernández, que “la libertad de prensa está en serio riesgo en nuestro país”.