CON los los vientos de las cabañuelas de enero, soplan fuerte también los rumores de cambios en el gabinete presidencial. Sin embargo, esta vez la cosa es distinta debido a que Andrés Manuel López Obrador gobierna al estilo Luis XIV: el Estado (el partido, el movimiento, el guía, el gabinete y el proyecto) soy yo.
ESO EXPLICA por qué a algunos secretarios los tiene como floreros (Gobernación y Comunicaciones), a otros los tiene saturados (Relaciones Exteriores y Defensa Nacional), a otros los nulifica (Economía), a otros los contradice (Hacienda) y a otros los apapacha (Energía, Pemex y CFE).
También están los que tienen más broncas que resultados pero ahí siguen (Función Pública, Seguridad, Salud y Medio Ambiente) y los que de plano andan nadando de muertito, tratando de no hacer olas (Educación, Agricultura, Bienestar, Trabajo y Cultura).
SI A ESO se le suma que el Presidente controla cada dependencia a través de los subsecretarios nombrados por él mismo, si hay o no relevos en el gabinete difícilmente se va a notar un cambio.
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A VER cómo diablos explica Napoleón Gómez Urrutia andar viajando con pasaporte color azul, como corresponde a los canadienses, si se supone que renunció a la nacionalidad de ese país para poder ser senador de Morena. Ni modo que Mr. Gómez diga que lo sacó… ¡por outsourcing!
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AHORA que por fin se acabó el recalentado, llegó el triste momento de volver a la realidad. Y en la agenda gubernamental debería haber, al menos, dos temas prioritarios: la crisis de inseguridad y la crisis económica.
HASTA AHORA ni una pluma le han quitado al ganso, como bien presume el Presidente. Sin embargo, a decir de los expertos, el bono democrático no da para mucho más. Es decir: si no empieza a notarse un cambio real en esas dos áreas, que le pegan directamente al ciudadano de a pie, la popularidad de AMLO comenzaría a resentirlo verdaderamente.
PORQUE una cosa es decir cada mañana que vamos bien, muy requetebién, y otra muy distinta tener que enfrentarse a la cuesta de enero con incrementos federales en alimentos, en transporte, en servicios digitales y en un largo etcétera.
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CON TODO el glamour fueron entregados anoche los Globos de Oro y vaya que hubo sorpresas. Mejor Actor: Manuel Bartlett por “Robó, huyó… ¡y no lo pescaron!”. Mejor Actriz: Irma Eréndira Sandoval por “Querida encogí a los niños y exoneré a Bartlett”. Mejor Guión: PVEM, PT y PES por “Parásitos”. Mejor Director: Andrés Manuel López Obrador por “El buen mentiroso”. Y Mejor Película: Santiago Nieto por “Frozen 3: cuentas congeladas”.