Le bajó dos rayitas
El nuevo gobierno de Bolivia ajusta su política exterior.
Archivó el estilo pendenciero, bravucón y ahora busca un acercamiento con naciones con las que estuvo a punto del rompimiento hace unos días.
La primera señal del cambio fue la renuncia de Jorge Quiroga, el alto funcionario boliviano que insultó a López Obrador.
Ayer tocó el turno de la reconciliación a la presidenta Jeanine Áñez quien declaró, aunque usted no lo crea, que quiere “mantener relaciones de amistad y respeto mutuo con México y España”.
Hace apenas unos días Jeanine ordenó la expulsión inmediata de diplomáticos de ambas naciones.
El mexicano López Obrador y el español Pedro Sánchez ganaron esta escaramuza. El nuevo gobierno de Bolivia midió su fuerza real y mejor le bajó dos rayitas.
FGR vs. UIF
En el diferendo surgido entre el Fiscal General y el titular de la Unidad de Inteligencia Financiera de la SHCP, el presidente de la República tomó partido por Santiago Nieto.
Gertz Manero había lamentado que algunas unidades del gobierno no respeten la presunción de inocencia, en alusión clara al modo de trabajar de Nieto.
“Santiago no hace nada sin consultar con el presidente”, atajó el Ejecutivo.
De esta manera López Obrador asumió de manera personal la crítica de que la UIF no respeta la presunción de inocencia.
El tema se establece en el terreno resbaladizo del uso de instituciones de procuración de justicia para ajustes de cuentas políticas, de recurrir al jurado de la opinión pública mucho antes de que un caso llegue formalmente ante un tribunal.
El empático Landau
El embajador de Estados Unidos en México, Christopher Landau, ya se metió en el caso LeBarón.
El diplomático informó que están detenidos en territorio norteamericano dos presuntos implicados en la emboscada que le costó la vida a tres mujeres y seis niños de la comunidad mormona de Sonora.
Los LeBarón se reunieron con Landau en la sede diplomática de Paseo de la Reforma, donde les dijeron que Donald Trump está informado del caso y que el FBI está en la zona listo para colaborar.
“El embajador fue muy empático”, dijo Bryan LeBarón.
La última papita
Todavía no se escribe la última palabra en el tema de los etiquetados para la llamada comida chatarra.
Si bien el Congreso aprobó cambios legales para incluir mensajes de alerta en envoltorios de alimentos y bebidas dañinos, todavía falta aterrizarlos en reglamentos de uso cotidiana.
Al interior de la Procuraduría Federal del Consumidor se acepta que las empresas afectadas, entre ellos consorcios colosales, están presionando fuerte para evitar que se afecten de más sus intereses.
Aceptan los mensajes preventivos, pero no quieren prescindir de los colores llamativos y de personajes reconocidos por los infantes. ¿Quién se comerá la última papita?