Pandilla de facciosos
02 Jul. 2016
"Para que yo me vaya a la cama con un hombre -decía Miss O'Varios, feminista radical-, el galán debe tener 10 cualidades: ser bien parecido, alto, delgado, inteligente, simpático, amoroso, comprensivo, delicado, tierno, y estar muy bien dotado. Pero no soy intransigente: si tiene la última cualidad puedo pasar por alto las otras nueve"... "Hace mucho calor -se quejaba Babalucas-. Debería haber otra Guerra Fría"... Declaró muy apesadumbrada la viuda: "Extraño mucho a mi marido. Con tal de volver a tenerlo a mi lado daría gustosamente la mitad de lo que recibí por su seguro de vida"... Lord Feebledick llegó a su casa después de terminada la cacería de la zorra y sorprendió a su mujer, lady Loosebloomers, en trato de carnalidad y de fornicio con Wellh Ung, el toroso mancebo encargado de la cría de faisanes. "¡Ah, miserable! -le gritó al mozallón hecho una furia-. ¿Así descuidas tu trabajo?" "No, señor -replicó el lacertoso follador-. Mi turno acaba a las 5 de la tarde. Esto lo hago en mi tiempo libre"... Andrés Manuel López Obrador, que habla y habla y habla, no ha dicho esta boca es mía ante los abusos y desmanes de la CNTE. La nefasta organización criminal, unida a otras que le sirven de brazo armado, está causando daños graves a cientos de miles de mexicanos, sobre todo pobres. Uno de los voceros de esa mafia añadió ayer la estupidez a la violencia cuando dijo que por cada "compañero" que muera morirá un político. Una declaración así rebasa todo límite. Y sin embargo AMLO no sólo calla: también sale a la calle a defender al que es ahora su aliado principal, la CNTE. Habrá que pensar en lo que sucedería si el tabasqueño llegara a la Presidencia con el apoyo de esta pandilla de facciosos. Los apoyos se cobran, ya se sabe. ¿Qué pago tendría que hacer el dueño de Morena a sus "compañeros"? López Obrador se empecina en dar la razón a quienes ven en él un peligro para México. La alianza que trabó con los cenetistas es suicida. Si el eterno candidato no condena los excesos de la CNTE no sólo se habrá puesto mordaza: se habrá puesto también la soga al cuello... Una atractiva rubia estaba bebiendo su copa en el bar de solteros. Cada cinco minutos llegaba un tipo a invitarle una copa. Ella rechazaba esas invitaciones: sabía bien lo que los hombres pretendían. En eso entró un marciano y se sentó a su lado. Los demás, asustados por la presencia del extraterrestre, se retiraron a sus mesas. El alienígena pidió un tequila y se aplicó a beberlo lentamente, sin tratar de abordar a la mujer como hicieron los otros. Ella rompió el silencio. Le dijo al extraño visitante: "Todos los hombres que están aquí intentaron tener sexo conmigo. ¿Por qué tú no?" Respondió el marciano: "Porque nosotros hacemos el sexo en forma muy diferente de como lo hacen ustedes los terrícolas". La rubia dijo, intrigada: "Me gustaría probar el amor estilo Marte. Vamos a mi departamento". "No necesitamos ir -repuso el extraterrestre-. Aquí mismo puedo hacerte una demostración". Y así diciendo puso su dedo índice en la frente de la mujer. Al punto ella empezó a experimentar en todo el cuerpo una deleitosa sensación. La invadió un intenso temblor de voluptuosidad; su pelvis se agitó en movimientos lúbricos; le pareció que los muslos se le iban a derretir. En suma, sintió lo que jamás con ningún hombre había sentido. Aquel éxtasis terminó en un orgasmo que dejó a la mujer totalmente satisfecha y en un estado de deliciosa languidez. "¡Fantástico!" -le dijo al alienígena llena de pasión-. ¡Hazme el amor otra vez!" Respondió con voz débil el marciano: "Tendrás que esperar una media hora". Y así diciendo le mostró el dedo índice doblado... FIN.