Terroristas, marranos y derrotados
El subsecretario de Gobernación, Ricardo Peralta, se levantó temprano y leyó una columna en El Universal que trataba de él y no para bien.
Mala coincidencia, ayer publicó en Excélsior sobre la estrategia de paz del gobierno, diciendo que ya se estaba trabajando en la justicia transicional, y hacia el final del texto había mencionado a “los transgresores de la vida social, los moralmente derrotados, ésos, ya quedaron atrás”. No estaba claro a quiénes se refería.
Antes de las 11 de la mañana tuiteó: “A chillidos de marrano, oídos de chicharronero. #Refran de #FelizLunes”.
En la confusión normal de las redes sociales y el ambiente en el que vivimos ya nadie supo si eso era contra la marcha del fin de semana o contra la columna o contra quien le dio la información a Mario Maldonado o contra usuarios de las redes o vaya usted a saber.
No ayudó que frente el alud de tuits, el siguiente suyo fuera: “Nunca atentaré contra la libertad de expresión aún cuando las calumnias y difamaciones sean la obsesión de algunos personajes”.
El asunto creció y tuvo que dar ronda de entrevistas en radio.
La frase no tenía dedicatoria particular. Era, dijo, solo una frase. Y ofreció una disculpa a quien pudiera sentirse ofendido.
El subsecretario ya había causado revuelo cuando hace unos meses había escrito que: “Crear ambientes de duda entre colaboradores, difundir notas hirientes para dividir equipos de trabajo y hasta contar con toda una infraestructura mediática y de redes para generar noticias falsas se puede configurar como terrorismo”.
La subsecretaría de Gobierno tiene como objetivo: “Impulsar acuerdos políticos-sociales mediante el diálogo y la negociación institucional entre las fuerzas políticas y la sociedad en general, promoviendo la corresponsabilidad de todos los actores en la conducción de las políticas públicas nacionales y la atención de los conflictos, para garantizar la consolidación de la gobernabilidad democrática, la política interior y el Estado de derecho en el país”.
A lo mejor estoy mal, pero pienso que los adjetivos que usa el subsecretario, eso sí, sin afán de ofender nadie, no son lo mejor para lograr ese objetivo. Hay refranes para lunes más alentadores, don Ricardo.
@puigcarlos