¿Por qué subieron los homicidios de 2015 a 2019?
Aparte de la acción del gobierno federal y la de algunas ciudades contra los cárteles más violentos, hay un factor aleatorio que puede explicar también parte de la caída de los homicidios entre 2012 y 2015, una caída enorme, de 26 mil a 20 mil homicidios por año.
Ese otro factor de orden local es si se estableció en algunos lugares la pax narca, es decir, el hecho de que un grupo criminal dominara completamente una región sin dejar espacio para que lo atacaran sus rivales.
La pax narca contiene la espiral homicida porque suspende la guerra entre bandas criminales por el control del territorio.
La pregunta entonces es por qué luego de la caída en los homicidios de 2012 a 2015, en este mismo último año empezó una espiral sostenida de crecimiento hasta 2019, cuando se registraron 35 mil 588 homicidios, 15 mil más que en 2015.
Los expertos consultados apuntan aquí hacia distintas causas. En primer lugar puede haberse dado una relajación del esfuerzo gubernamental suponiendo, erróneamente, que la caída observada era ya indicio de que el problema estaba bajo control.
El segundo factor es que cuando el gobierno se disponía a tomar la ofensiva contra el cártel de Jalisco Nueva Generación, el siguiente cártel violento que indicaba la estrategia, las prioridades de seguridad fueron cambiadas por dos acontecimientos: la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa en 2014 y las movilizaciones de la CNTE contra la reforma educativa en Oaxaca, Chiapas, Michoacán y Guerrero.
El cambio de escenario desdibujó la ofensiva contra Nueva Generación y concentró los esfuerzos en investigar los hechos de Iguala y en contener las movilizaciones
Además, el Ejército y la Policía Federal tuvieron dos casos escandalosos de uso ilegal de la fuerza y de violación de derechos humanos.
Uno, el caso Tlatlaya, en Estado de México, (octubre 2014), donde elementos del Ejército ejecutaron a 22 civiles.
Otro, el caso de Tanhuato, en Michoacán (mayo de 2015), donde la Policía Federal barrió a sangre y fuego un rancho de presuntos delincuentes.
Tanhuato y Tlatlaya inhibieron la acción de las fuerzas de seguridad, al tiempo que las movilizaciones de la CNTE desplazaban efectivos de las tareas de seguridad a la de contención de marchas y manifestaciones.