Otra ocurrencia y otro despilfarro
El problema de las ocurrencias presidenciales, que en ocasiones usa como distractores para desviar la atención pública de los graves problemas del país, es que salen muy caras.
Ayer el mandatario informó que propondrá eliminar los “fines de semana largos” a partir del siguiente ciclo escolar, y que los días feriados se ciñan a la efeméride para fortalecer la cultura cívica.
El argumento que dio es para asombrar al que creyó haberlo visto todo con la propuesta de rifa del avión presidencial y la destrucción del aeropuerto de Texcoco:
“Los niños de las escuelas, hasta de secundaria, hablan de los puentes, pero no del porqué no asisten a la escuela un viernes, un lunes, como acaba de suceder; y resulta que hoy, día 5 de febrero, nadie recuerda que se promulgó la Constitución”.
A ver su lógica: si el 5 de febrero cae en jueves y hay asueto, un estudiante pensará y leerá sobre la Constitución. Pero si es viernes sólo prestará atención al hecho de que no hay clases.
Sin comentarios, por respeto a la investidura.
El secretario de Turismo informó el 30 de enero que con el fin de semana largo del pasado 5 de febrero habría una derrama de cuatro mil millones de pesos, y según los empresarios del sector lo que dejará de ingresar por la eliminación de la movilidad de los tres festivos del año (uno se empataba con el “el buen fin”), alcanza la suma de 13 mil 626 millones de pesos.
A la basura porque los niños no piensan en Juárez, ni en la Revolución ni en la Constitución.
La mejor forma de honrar a la Constitución es respetarla y no pretender limitar, como quiere el gobierno, el derecho de amparo, joya de nuestra Carta Magna.
Respetar la reforma energética, que está en la Constitución, por ejemplo, y no anularla con la ocurrencia o fobia ideológica de cancelar las subastas eléctricas, como ha hecho este gobierno.
Ahí hay otro despilfarro mayúsculo, que daña la economía, el medio ambiente y el empleo.
Esa ocurrencia de congelar las subastas, como apunta la reportera de El Financiero Diana Nava, implica que el país dejará de ingresar ocho mil 200 millones de dólares en inversión de aquí a 2024.
Por un capricho o fobia ideológica, dejaremos de recibir más de dos mil millones de dólares cada año de inversiones en energías limpias.
Esa medida implica la no generación de 54 mil empleos directos e indirectos, explica la reportera con base en estudios de Plataforma México Clima y Energía (PMCE) y la consultora Fresh Energy.
¿Qué tal si en lugar de discutir por el día en que se debe descansar con motivo del aniversario de la Constitución, la cumplimos?
Hace un año el gobierno, en su debut, congeló las subastas eléctricas que –como autoriza la Constitución– permiten al sector privado participar en la generación de energía eléctrica proveniente de fuentes renovables.
Por alguna razón, capricho o fobia, como se quiera llamar, el gobierno le apuesta a las energías fósiles, caras y contaminantes, por lo que suspendió las subastas que el gobierno anterior venía realizando para dar entrada al sector privado.
Al dejar que los privados participen en generación de energía eléctrica limpia el gobierno no pierde nada, pues la Comisión Federal de Electricidad sigue teniendo la facultad exclusiva en transmisión y distribución.
De esa manera, además de cumplir con la Constitución y con la Ley de Transición Energética, el gobierno cumpliría con su Plan Nacional de Desarrollo, en sintonía con el Acuerdo de París sobre cambio climático: producir al menos el 35 por ciento de la energía que se consume en el país a través de fuentes renovables.
Consideran poco patriótico que los privados desarrollen proyectos de energías limpias, para usarla o comercializarla, como autoriza la Constitución que dicen venerar al grado de hacer inamovible el feriado de su aniversario.
Muy caras nos salen sus ocurrencias y atavismos ideológicos, toda vez que las energías limpias no nos cuestan, además de que sus fuentes son generosas en México.
Hay mucho sol y es gratis. Hay mucho viento y es gratis. Abundante es el vapor para la geotermia.
Nada de eso se puede usar, aunque lo autorice la Constitución que en discursos elogian pero en la práctica les estorba.
Lo único que les importa de ella es crear problemas con el asueto del aniversario, aunque también con esa ocurrencia hagan daño.