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VIDA POLÍTICA

CON O SIN GRACO RAMÍREZ EN ELLA, URGENTE UNA MESA POR LA GOBERNABILIDAD EN MORELOS

En Morelos urge y es indispensable una mesa por la gobernabilidad, en la que no sólo estén sentados los dirigentes de los partidos políticos y diputados, sino todos los sectores de la sociedad porque diariamente crecen los problemas sociales en perjuicio de todos.

Las manifestaciones y bloqueos a las carreteras del estado causan pérdidas severas y no hay autoridad en el estado para defender a la comunidad, el ausentismo es evidente y la falta de diálogo solamente es conocida a través de los “comunicados oficiales”.

La sociedad ha mostrado este año en diversas manifestaciones estar harta de la inseguridad pública, porque el nivel de delitos como son el robo y los asaltos no disminuyen, ni por decreto y menos con declaraciones alegres.

A cambio, solamente desde el Poder Ejecutivo lo único que muestran son cifras irreales e imprecisas al diario acontecer de la sociedad a pie, la que dentro de sus hogares también es agredida por la delincuencia, organizada o desorganizada.

No son los únicos, la falta de acercamiento con el pueblo desde el gobierno es evidente, con las obras públicas como el Paso Exprés, la carretera Siglo XXI y las de la Comisión Estatal del Agua (CEAGUA), que solamente han provocado desgracias con la pérdida de personas a las familias, inundaciones y accidentes.

La lejanía gubernamental con los sectores sociales también está con los empresarios, quienes revelan cotidianamente la falta de apoyo a través de los múltiples programas con los que cuenta la Secretaría de Desarrollo Económico.

El sector campesino ha sido vapuleado y al parecer los recursos para el desarrollo rural es distraído, hacia dónde solamente saben el gobernador Graco Ramírez y, quizá, el  simulador titular de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario.

Esa carencia de acercamiento con la sociedad es lo que ha provocado una y otra manifestación, bloqueo y hasta polarización social, aunada con campañas mediáticas de desprestigio contra líderes sociales o autoridades municipales, incluso universitarias, a través de los escribanos de siempre.

Sin embargo, eso más que resolver los problemas los conflictúa y hace que la sociedad tenga que salir a las calles para manifestarse, bloquearlas e incluso realizar acciones en perjuicio de todos.

A pesar de ello, los cristales blindados colocados al inicio de la administración de Graco Ramírez fueron para dejar de escuchar los lamentos del pueblo, porque las respuestas que otorga a cada sector social son vía redes sociales.

Tan lejano está el gobernador y todo su gabinete del pueblo que todos sus eventos son en privado, para que dentro del círculo rojo del gobierno prive la paz social y afuera haya un estado convulsionado por la ingobernabilidad que ha provocado.

Los comerciantes organizados, los empresarios, los trabajadores, los estudiantes y hasta las amas de casa reclaman la presencia de un nuevo gobierno, basado en abrir el diálogo directo como lo demandó el pasado mes de febrero en la Plaza de Armas el rector de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, Alejandro Vera Jiménez.

A cambio de ello, el rector como el obispo y los líderes sociales están bajo una campaña de desprestigio de escribanos, quienes también padecen de la inseguridad pública con los asaltos y robos en sus bienes personales.

En casi cuatro años de gobierno, el Partido de la Revolución Democrática, no ha podido establecer una conexión con la sociedad, su capacidad de respuesta simplemente quedó acabada y los valores que presumió de honestidad y transparencia como gobierno han quedado perdidos.

La mesa de la gobernabilidad no debe ser atendida por el secretario de Gobierno, Matías Quiroz Medina, ni por otros servidores públicos, sino como lo hacían los ex gobernadores Lauro Ortega Martínez y Antonio Riva Palacio López, directamente y con compromisos que tenían fechas fatales para ser atendidos.

En esa mesa, los que sobrarían son los partidos políticos, porque sus representantes en los gobiernos han fallado y también forman parte de la crisis de gobernabilidad en el estado.

Los abogados exigen seguridad, apego al derecho y resultados en actos indebidos dentro de los que hay falta de autoridad, las mujeres terminar con los feminicidios, investigaciones serias y un gobierno responsable.

Los profesores exigen al presidente de la Comisión de Educación de la Conferencia Nacional de Gobernadores (CONAGO), Graco Ramírez, les pague lo que les debe desde que inició su gobierno, por ello también salen a las calles.

El cierre del centro de Cuernavaca por esa ausencia de gobierno ha provocado cierre de negocios, desempleo, crisis económica, inseguridad y el enojo social, no contra quienes protestan, sino hacia Graco Ramírez a quien la sociedad considera un fraude y un peligro para Morelos.

El gobernador es farol de la calle y obscuridad del estado, porque afuera sale a presumir lo que no hace y una entidad distinta a la real, en la que la violencia está desatada en las calles. Por hoy es todo, nos leemos el miércoles.

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