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DÍA CON DÍA

Los delitos canónicos de Emilio Lozoya

El ex director de Pemex Emilio Lozoya está acusado de asociación delictuosa, operaciones con recursos de procedencia ilícita y cohecho.

Cuando se desciende a los detalles de la acusación, lo que hay son tres delitos característicos de la corrupción mexicana de estos años.

Delitos canónicos.

En primer lugar, el envío de dinero ilegal a las campañas políticas. En segundo lugar, la compra fraudulenta de bienes y servicios con dinero público. En tercer lugar, la toma de sobornos para enriquecimiento personal.

El primer delito imputado a Lozoya es haber recibido dinero de la empresa brasileña Odebrecht para meterlo a la campaña presidencial de Enrique Peña Nieto en 2012.

Aquí y en toda América Latina, Odebrecht cobraba sus donativos con contratos del gobierno electo. Según la acusación contra Lozoya, los cobró en Pemex.

Un segundo delito se refiere a la compraventa de bienes y servicios a precio alzado con dinero público.

El tercer delito imputado es quedarse con parte del dinero cobrado por los delitos previos: enriquecerse fraudulentamente.

La supresión de estas tres prácticas corruptas suprimiría la mayor parte de la corrupción mexicana.

Traté de describir la lógica de la corrupción electoral en “Nocturno de la democracia mexicana”, un ensayo publicado en Nexos (2015). María Amparo Casar y Luis Carlos Ugalde hicieron la medición de esos dineros en un libro obligado: Dinero bajo la mesa.

Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad ha probado con un caso sistémico, La estafa maestra, hasta dónde puede llegar el desvío de dinero público a la hora de comprar bienes y servicios.

La República está llena de nuevos ricos que no pueden explicar su patrimonio con lo que han ganado como políticos y como funcionarios. Manuel Bartlett es el último ejemplo de esa larga lista.

Los delitos imputados a Lozoya son delitos canónicos porque ejemplifican formas sistémicas de la corrupción: robar para las elecciones, robar para los socios contratistas, robar para uno mismo.

Castigar los delitos emblemáticos imputados a Lozoya, con apego a la ley, extendiendo su caso a la red de complicidades que lo hicieron posible, sería un mensaje verdadero de lucha contra la corrupción.

Un antes y un después. Ojalá y sí. Quedamos a la espera.

hector.aguilarcamin@milenio.com

Ámbito: 
Nacional