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DE POLÍTICA Y COSAS PEORES

Mensaje breve

 

Un cierto político tuvo fundadas sospechas de que su esposa lo engañaba. Hizo que dos de sus guaruras la siguieran, con instrucciones de darle una tunda al amante si sus sospechas eran confirmadas. Esos temores resultaron ser verdad histórica: los jenízaros vieron a la mujer entrar con su querido en un motel de paso. Uno de los guaruras le indicó al otro: "Vamos tras él". "¡Magnífica idea! -se alegró el sujeto-. Pero yo primero ¿eh?"... Una pareja sostenía su enésimo pleito. Gritó ella: "¡Me voy con mi mamá!" Replicó él: "¡Y yo me voy con mi esposa!"... Dos águilas vieron pasar un jet. Dijo una, admirada: "Ese pájaro sí que va aprisa". Replicó la otra: "Tú irías igual si se te fuera quemando el fundillo"... En el bar un tipo le contó a su compañero de copas: "Mi esposa se fue con mi mejor amigo". Comentó el otro: "Ha de ser un cabrón". Respondió el tipo: "No sé ni cómo se llama, pero ahora lo considero mi mejor amigo"... Aquel ejecutivo dejó olvidado el portafolios en su casa. Regresó, y al entrar en la recámara -ahí lo había dejado- vio a su mujer desnuda pesándose en la báscula. Fue a ella, le dio una cariñosa nalgadita y le preguntó: "¿Cuánto ahora, linda?" Sin volverse respondió la señora: "Lo mismo de siempre: dos litros de leche y 100 gramos de mantequilla"... El adjetivo "lacónico" es vocablo expresivo y sonoroso. Alude a lo que es breve, conciso y de sustancia. Un presidente norteamericano, Calvin Coolidge, practicaba cumplidamente el laconismo. Era hombre de poquísimas palabras, hasta el punto de ser llamado Silent Cal: el silencioso Cal. En un banquete la mujer que estaba al lado le dijo para embromarlo: "Señor Presidente: aposté a que le sacaría dos palabras seguidas". Replicó Coolidge con acre sequedad: "Perdió". Otros ejemplos hay de hombres lacónicos. En Waterloo los ingleses le pidieron al francés Cambronne que se rindiera. Con una sola palabra respondió: "Merde". No necesita traducción ese vocablo, que desde entonces ha sido conocido en Francia como le mot de Cambronne, la palabra de Cambronne. Contestación más breve aún recibió Víctor Hugo de su editor. Cuando apareció su novela capital, Los Miserables, el escritor estaba de viaje, y le puso un telegrama al director de la editora en el cual le preguntaba cómo iba la venta del libro. Obtuvo esta respuesta, seguramente la más corta en la historia de la comunicación: "¡". En 1944, durante la batalla de Bastogne, las fuerzas del general norteamericano McAuliffe fueron rodeadas por el enemigo. El comandante alemán le intimó la rendición, con la amenaza de que si no entregaba la posición sus tropas serían aniquiladas. El germano quedó perplejo cuando recibió la respuesta que en una sola palabra le envió aquél: "Nuts". En el slang de Estados Unidos eso quiere decir algo así como: "pendejadas". Todo esto viene a colación porque el azar trajo a mis manos un espléndido ejemplo actual de laconismo. Hay en Coahuila, mi natal estado, una bella ciudad llamada Zaragoza. Famosas son sus huertas de nogales, que rinden cada año cosecha sabrosísima, y vive ahí un inspirado compositor, Fito Galindo, autor de canciones que vivirán por siempre: Se vende un caballo; Primera, segunda y tercera; La última muñeca. Pues bien: con fecha 27 de junio el alcalde panista de Zaragoza remitió este lacónico mensaje: "Lic. Rubén Moreira Valdez, Gobernador Constitucional de Coahuila de Zaragoza. NO TENEMOS AGUA PARA CONSUMO HUMANO. Atentamente. C. Leoncio Martínez Sánchez, Presidente Municipal". Ojalá esa brevísima comunicación tenga respuesta. Seguramente dar agua a Zaragoza costará menos que dar teleférico a Torreón... FIN.

 
 
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Ámbito: 
Nacional
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