Al cumplirse un año del asesinato de Samir Flores, activista opositor a la construcción de la termoeléctrica de Huexca, el presidente Andrés Manuel López Obrador pidió a la Fiscalía estatal aclarar el caso después de que, aludió, quisieron responsabilizar a su gobierno.
Fue "muy casual" que ocurriera antes de la consulta sobre el futuro de la termoeléctrica y "la verdad es que los conservadores son capaces de todo", apuntó. En este marco, señaló que no renunciará a sus convicciones, aunque le hagan manifestaciones
En su conferencia de prensa matutina, el jefe del Ejecutivo rei-teró ayer que fue lamentable el homicidio del activista antagonista a la planta que forma parte del Proyecto Integral Morelos (PIM), el cual, además, "sirvió a los oportunistas, a los que están buscando cómo culparnos para afectarnos, cuando nosotros somos respetuosos de la libertad de expresión y de los derechos humanos".
Aunque cuestionó que el proyecto se haya desarrollado de esta forma, llamó a la población a tomar conciencia de que, si no inicia operaciones, la planta se convertirá en chatarra, además de que se perderá una inversión pública de 20 mil millones de pesos destinada a generar electricidad con una capacidad para cubrir la necesidad de todo el estado.
No es un rechazo contra intereses particulares, sino que va en contra el beneficio público, agregó.
De fondo, señaló, en las protestas hay motivaciones ideológicas, pero apuntó que su gobierno rechazó la industria extractiva que emplea el método del fracking y el cultivo del maíz transgénico.
En ese contexto, agregó: "el otro día vinieron de un colectivo feminista, que nosotros respetamos mucho, pero su texto, su planteamiento en contra nuestra era que se oponían a la moralización que nosotros promovemos. Yo respeto su punto de vista, no lo comparto. Yo creo que hay que moralizar al país".
Refrendó su compromiso de no reprimir a nadie que se manifieste en contra del gobierno, ni perseguir a medios de comunicación que lo critiquen.