La codiciada embajada en Madrid
Con la novedad de que la codiciada embajada de México en España está vacante. Después de una larga estancia en Madrid, la embajadora Roberta Lajous dejó su cargo.
Ha sido nombrada representante de México en la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños. Nuestro país tiene la presidencia temporal de ese organismo.
De inmediato comenzaron a candidatear al nuevo embajador que será el representante de la 4T ante ese reino, que, por cierto, según el presidente López Obrador, nos debe una disculpa.
Enseguida comenzaron a barajarse los nombres de media docena de integrantes del gabinete presidencial. Para cualquiera sería un retiro dorado.
Dispuesto al sacrificio
Un añejo diferendo territorial en la Península de Yucatán está a punto de causar un enfrentamiento trilateral.
Resulta que los estados de Yucatán, Quintana Roo y Campeche se disputan una franja de territorio en la zona en la que los tres confluyen.
El más indignado y aguerrido es el gobernador interino de Campeche, Carlos Miguel Aysa, sustituto de Alito Moreno, que se dijo dispuesto a “ofrendar su vida si es preciso” para defender a su estado.
De hecho, en alianza con los alcaldes de la entidad, deslizó la amenaza de que no permitirán la construcción del Tren Maya. Están muy bravos.
Mala racha
Quien trae el santo volteado de cabeza es el senador, Napoleón Gómez Urrutia.
Esta semana no le fue nada bien que digamos. Primero, el desencuentro mediático con su competencia en el gremio sindical, Pedro Haces, quien logró que el presidente López Obrador acudiera al congreso de su sindicato la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México (Catem), lo que molestó a Napoleón.
Ahora todo hace indicar que su coordinador en el Senado, Ricardo Monreal, ya le quitó la reforma en materia de outsourcing luego del nerviosismo que generó entre empresarios.
Será una mesa de “alto nivel” la que se encargue de modificar ese dictamen que planteaba excesos inadmisibles.
Oportunismo fallido
La oposición no encuentra el camino para regresar al debate nacional con argumentos sólidos, atendibles.
PRI y PAN, por ejemplo, se subieron al tema de los feminicidios de manera oportunista y torpe: pidieron abrir el debate de la pena de muerte.
Si con eso pensaban sacar raja política, se equivocaron.
Los propios colectivos feministas denuncian que el aumento de penas, hasta llegar a la pena capital, es una salida fácil, discursiva, que no va al fondo del problema de la violencia de género.
Es una modalidad de pereza mental.
Sin margen de error
El caso de la niña Fátima no ha logrado consolidarse desde el punto de vista judicial.
Recurrir al imprevisto delito de cohecho, que se dio en el momento de la captura, encarcelar a los presuntos culpables, muestra, según expertos, que hay puntos vulnerables ante la falta de órdenes de aprehensión.
En este caso la Fiscalía capitalina no tiene margen de error.