Grupo Kiwis
El PVEM es el único partido verde del mundo que incluye entre sus propuestas políticas la pena de muerte.
Un caso singular, que además cuenta entre sus aliados a un grupo de diputados de Morena, que es el partido en el poder, teóricamente de izquierda.
Por ser morenos por fuera, pero verdes por dentro, a estos legisladores se les conoce en San Lázaro como el Grupo Kiwis.
Su trabajo conjunto, más allá de la correncia coyuntural de la pena de muerte, está conectada con la construcción de supermayoría en San Lázaro, que no es poco.
Ya que las ideologías son piezas de museo, lo que permanece son los intereses compartidos entre extraños compañeros de viaje.
Incertidumbre y desaliento
Hace algunos meses Morena tenía servida la mesa para arrasar en la elección local en Hidalgo.
Ahora, a decir de su dirigente estatal, Andrés Caballero, hay incertidumbre y desaliento entre los militantes, mientras que los simpatizantes se alejan y buscan otras opciones.
La causa, lo adivinó usted, son los pleitos infinitos a nivel dirigencia nacional que se están encimando con las convocatorias para elegir candidatos para los 84 ayuntamientos que se disputarán el 7 de junio.
Es un problema de fondo, porque cada grupo tiene una estrategia distinta en temas torales como las alianzas.
Los que se frotan las manos son los partidos de oposición, que ante el río revuelto de Morena piensan pescar algunas alcaldías.
Feministas de ocasión
La crisis por la violencia en contra de las mujeres ha propiciado el brote de feministas de ocasión.
Políticos que de manera sistemática les dan la espalda a las causas de las mujeres, ahora están formados en la ventanilla de “El 9 ninguna mujer se mueve”.
Marko Cortés, dirigente nacional del PAN, es un buen ejemplo. Dijo que acompañar el paro de mujeres anunciado para el próximo lunes, no significa que Acción Nacional respalde el aborto o el matrimonio igualitario. De eso nada.
Su alianza con las causas de los colectivos feministas durará exactamente 24 horas, y después volverán a la acera de enfrente.
Lomelí vuelve por sus fueros
Carlos Lomelí perdió su cargo de superdelegado y también algunos negocios con sus farmacéuticas, pero conservó el control de la dirigencia de Morena en Jalisco.
En esa instancia es la voz de mando y desde ahí ha instrumentado una ofensiva en contra de la fórmula Ramírez Cuéllar-Luján, lo que tiene a los morenistas de Jalisco echando mano a sus fierros, como queriendo pelearse con ellos mismos.
Lomelí, además, tiene cuentas pendientes con la secretaria Irma Eréndira Sandoval, de modo que se ha convertido en verdadero dolor de cabeza para la 4T en Jalisco, pero también a nivel federal.
Allá se dice que si el tribunal electoral respalda el nombramiento de Ramírez Cuéllar, Lomelí comenzará a evaluar otras opciones, diferentes a Morena, pues ya le agarró el gusto a la competencia política.