CON ESO de que el gobierno mexicano anda tan interesado en conocer las experiencias de la India, tal vez Rocío Nahle podría aprovechar para preguntar sobre un tema del que acá no se habla: las energías renovables.
Y ES QUE ese país emprendió un muy ambicioso y agresivo programa que busca ahorrar 60 mil millones de dólares en energía para el 2030. Y es que las energías limpias no son sólo un asunto económico, sino también de salud, pues más de un millón de indios mueren cada año debido a la contaminación.
EN ESE SENTIDO, una de las metas que se fijaron fue que en sólo 10 años únicamente se vendan vehículos eléctricos dentro del país. En cambio en México, la administración federal sigue montada en su macho de apostarle al petróleo, a las refinerías y a una mal entendida autonomía energética.
ASÍ QUE tal vez en la India le puedan explicar a la secretaria de Energía que la ruta al futuro es pal’ otro lado, ¡no en reversa!
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SE TENÍA que decir y quien lo dijo fue el senador Germán Martínez, quien le envió una carta a título personal al presidente nicaragüense, Daniel Ortega, para reclamarle por las agresiones de sus seguidores enviados a violentar el funeral de Ernesto Cardenal.
LAS LLAMADAS “turbas” irrumpieron gritando “traidor” al poeta y uno de los más reconocidos líderes sociales de Latinoamérica. Tras llamarlo “señor Presidente, en funciones de dictador de su pueblo”, Martínez le dice al sandinista que sus “rebaños cobardes” jamás tuvieron un ideal a la altura del sacerdote. Y remata demoledor: “La batalla ya la ganó Cardenal”. ¡Ni la Cancillería!
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POR SI alguien todavía lo dudaba, el pleito en la Secretaría de Bienestar entre Luisa Albores y Javier May dejó muy en claro que el Presidente controla las dependencias con la correa de las subsecretarías y los mandos medios, por lo que algunos secretarios están, más bien, de floreros.
SUBSECRETARIOS que juegan ese papel son, por ejemplo, Alejandro Encinas en Gobernación; Hugo López-Gatell en Salud, y hasta hace unos meses Raquel Buenrostro en Hacienda como Oficial Mayor. En los temas que le interesan, el Presidente pone a los suyos y sólo a él le responden. El resto de los asuntos de la administración pública, como las calabazas, los deja que solitos se vayan acomodando en el camino.
A VER si ahora que ya logró pacificar los ánimos en la Secretaría de Bienestar, resuelven ese pequeño detalle de que haya reglas claras, transparencia y rendición de cuentas en el programa “Sembrando vida”, que lo único que ha cosechado son sospechas por el mal manejo de los recursos públicos.