Millones de mujeres dejaron de laborar, acudir a clases, consumir en comercios, andar por las calles en las principales ciudades del País.
La convocatoria #UnDíaSinNosotras como parte de las protestas contra la violencia y feminicidios paralizó escuelas, restaurantes, oficinas públicas, empresas; dejó semivacío el transporte público y también las principales avenidas.
Fue una situación inédita que hizo sentir de manera contundente la ausencia de las mujeres y exhibió su peso laboral y social.
En ciudades como Monterrey, Guadalajara, Pachuca, Puebla o Veracruz la estampa fue prácticamente la misma: tiendas de ropa, centros de autoservicio, panaderías, restaurantes y sucursales bancarias colocaron avisos de solidaridad con sus empleadas, quienes, en su gran mayoría, no acudieron a laborar.
Taquilleras de la mayoría de las estaciones del Metro de la Ciudad de México no laboraron y en algunas estaciones el paso de usuarios fue gratuito.
Vacío histórico
La afluencia de pasajeros del Metro disminuyó un 40 por ciento mientras que en el Metrobús el descenso fue mayor al 20 por ciento. Los vagones y lugares reservados para mujeres iban vacíos.
Alrededor de 40 por ciento de las mujeres que trabajan en el Gobierno de la Ciudad de México se sumaron al Paro Nacional de Mujeres y no acudieron a sus labores.
En el Puerto de Veracruz y Boca del Río entre 15 y 20 por ciento de restaurantes cerraron y los que operaron tuvieron 60 por ciento menos de ventas.
Alrededor de 650 establecimientos, el 60 por ciento de los afiliados a la Cámara Nacional de Comercio en Veracruz cerraron y las calles del Centro Histórico del Puerto lucieron casi vacías.