Mujeres y trabajo
Ahora que estamos en este atorón económico que amenaza en convertirse en crisis, vale la pena recordar que antes de que se convocaran las movilizaciones de estos días, el secretario de Hacienda, Arturo Herrera, había insistido un par de veces en que una estrategia fundamental para cambiar la lenta dinámica del crecimiento económico que arrastra México hace muchos años tenía que ser la creación de políticas públicas que incrementen la participación de las mujeres en el mercado laboral formal.
Según datos de la OIT, solamente 47 por ciento de las mujeres en edad de trabajar (entre 15 y 64 años) lo hace, mientras que la participación de los hombres es de 82 por ciento, por lo que el diferencial es de 35 puntos porcentuales, uno de los más altos en el mundo.
Según el Inegi, la participación laboral de las mujeres cuando su hijo menor se encuentra entre cero y 3 años es de 36 por ciento y cuando es mayor de 4 a 15 años es de 56 por ciento. El trabajo no remunerado o trabajos informales es lo que queda a las mujeres sin apoyos institucionales o en casa.
Nuestra tradición de largas jornadas laborales, algunas de las más extensas y, por cierto, más improductivas del mundo, no hace más que agravar el problema que se suma a nuestro machismo cotidiano que en oportunidades reales de trabajo en instituciones y empresas es de vergüenza. Y habrá que sumar el impacto que en la vida laboral de las mujeres tiene el acoso y la agresión como lo apunta, por ejemplo. FALTA.
Frente a este panorama es que el Presidente se equivoca cuando dice que la transformación y sus programas en marcha son suficientes para al menos comenzar a enfrentar esa desigualdad. Es más, la desaparición del programa de guarderías, por ejemplo, o la reducción de presupuesto para los refugios, son señales contra lo que se necesita.
Al contrario, el atraso mexicano en la incorporación laboral, productiva y digna de las mujeres necesita de programas afirmativos y urgente que corrijan lo mal que lo hemos hecho. Y que todos y todas pongamos el ojo de manera permanente en instituciones y empresas para ver si algo entendieron después del 8 y 9M.
@puigcarlos