1. Cuidadosos. Poco a poco, pero inexorablemente, se va cerrando la vida pública con la cancelación de eventos, el llamado a resguardarse y la pandemia acechando al país. El presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado, Ricardo Monreal, anunció que el Senado sesionará a puerta cerrada; es decir, al pleno sólo ingresarán legisladores, ni asesores ni otro tipo de colaboradores y no se permitirán las visitas y, por si fuera poco, quienes ingresen serán expuestos a filtros sanitarios para medir la temperatura de los que entren al edificio. Será hoy martes, en la reunión de la Junta de Coordinación Política con el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, cuando se decidirá suspender o no las sesiones ordinarias. Sabemos que los legisladores están dispuestos a ausentarse de sus labores en 4, 3, 2…
2. Manita de puerco. El Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales resolvió que la Guardia Nacional tiene que dar a conocer los montos de recursos que ejerció en 2019, precisando el rubro del gasto, tal como lo solicitó un ciudadano. En respuesta a la persona que lo requirió, la GN declaró la inexistencia, argumentando que no se le asignaron recursos en el PEF 2019. Al presentar la resolución, la comisionada Blanca Lilia Ibarra apuntó que “publicar la información requerida constituye un insumo fundamental para evaluar en qué medida la erogación de recursos para el funcionamiento de la GN está contribuyendo al mejoramiento de la seguridad pública”. ¿Por qué la necedad de vivir en el pasado? ¿Y la transparencia republicana?
3. Expertos en todo. El diputado de Acción Nacional Iván Rodríguez Rivera demandó al gobierno federal atender y priorizar la emergencia sanitaria por COVID-19, no sólo de forma médica, sino desde una visión económica, subsanando la caída de petróleo y recuperando la perspectiva financiera del país. En medio de la incertidumbre nacional y en donde el peso perdió 9% de su valor por la pandemia, el legislador federal salió al quite y pidió al secretario de Hacienda, Arturo Herrera, dar certidumbre de que, en verdad, hay reservas y dinero suficiente para hacer frente a la enfermedad. El diputado Rodríguez Rivera adelantó que la fracción parlamentaria ya construye el proyecto para un fondo de coronavirus. Estamos salvados, los panistas se subieron al tren del COVID-19. Lo que nos faltaba.
4. No paran. Entre los muertos de la masacre del sábado en el bar La Típica, de Salamanca, Guanajuato, se encuentra un menor de 12 años, quien caminaba junto a su mamá y su hermano en el momento en el que un comando rafagueó las inmediaciones del negocio. El menor murió cuando recibía atención médica. El padre del niño difundió en redes sociales el dolor que sufre la familia y pidió la liberación del cuerpo de su hijo para poder cremarlo. Juan Francisco Ortiz rogó: “Lo único que estoy pidiendo es que me entreguen el cuerpo para que yo lo pueda incinerar, y él pueda ir a casa, pueda estar con nosotros, con su familia. A mi hijo le daban miedo muchas cosas y estar enterrado solito en un panteón le va a dar pavor a mi bebé”. ¿Qué sentirá el gobernador Diego Sinhue Rodríguez al leer estas frases?
5. Tiempo perdido. Un desaguisado internacional fue el que vivió ayer México debido a la rapidez con la que tuitea el presidente de El Salvador, quien no reflexiona en las consecuencias de sus actos. La supuesta presencia de 12 pasajeros con COVID-19 en un vuelo que saldría de la Ciudad de México a San Salvador provocó un cruce de señalamientos entre el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, y el secretario de Relaciones Exteriores de México, Marcelo Ebrard. El mandatario salvadoreño acusó a las autoridades mexicanas de ser omisas en la revisión de los pasajeros del vuelo AV431. “El avión no podrá ingresar al país”. Y así, sin más, con el poder que le da su hígado, cerró el aeropuerto de su país. ¿Cuáles 12 infectados?, le reclamó el canciller mexicano, quien, la verdad, debería dedicarse a temas de mayor importancia que Bukele.