1. Las buenas formas. En el Senado se aprobó regresar a comisiones el dictamen que reforma la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión en materia de plataformas digitales. Y para acallar las dudas en cuanto al proceso, Ricardo Monreal, coordinador del grupo parlamentario de Morena, disipó los cuestionamientos sobre éste. En palabras del senador del tricolor, Carlos Ramírez, hay dos formas de ejercer la mayoría, y el senador Monreal lo ha hecho de manera responsable, al buscar consensos que permitan dotar de legitimidad las decisiones que se toman en el Senado. Nadie duda de la necesidad de regular el contenido de las plataformas digitales, y ahora nadie debe dudar de la legalidad del proceso. Hay acuerdos y se consiguen con política de nivel. Como la que ejecuta Monreal.
2. Saboteo. La Cámara de Diputados recibió de la Sección Instructora la petición de acusar ante el Senado a Rosario Robles, exsecretaria de Estado, por actos y omisiones en perjuicio de los intereses públicos. Y cuando se erigía como órgano para dar cauce al juicio político, lo que se imaginaba como un hecho sin precedentes en la lucha contra la impunidad y corrupción, trabajadores de base de la Cámara entraron por la fuerza tirando las puertas y sabotearon la sesión. Aquello que tanto trabajo costó hilvanar a Mario Delgado, Pablo Gómez y Tatiana Clouthier se vino abajo, pues el grupo exigía cuentas a Reginaldo Sandoval, coordinador del PT, a quien acusaron de quitar plazas a sindicalizados para dárselas a sus allegados. Y así, un acto de justicia se interrumpió por uno de corrupción. En verdad México no se merece esto.
3. El valiente. Es muy fácil ver los toros desde la barrera, por eso el expresidente Felipe Calderón se atreve a acusar de que “la impericia y la irresponsabilidad” del gobierno de la Cuarta Transformación agravará las consecuencias del coronavirus en México. Lamentó que las autoridades del país esperen que el número de casos aumente, para pasar a la Fase 2, con medidas más estrictas de contención. Se dijo muy preocupado, por lo que ocurre, “creo que ya llegó a una crisis de magnitudes mayores y la impreparación, la falta de diligencia e irresponsabilidad con que el gobierno conduce este tema, espero equivocarme, agravará las consecuencias”. Él actuó correctamente cuando el virus H1N1, cierto. Pero hablar a futuro y catastróficamente sólo muestra la mejor manera de politizar al COVID-19. Olé.
4. Muchas ganas de trabajar. Para justificar su ausencia, senadores panistas manifestaron que es una irresponsabilidad llamar a sesión sin importarles las medidas para evitar la propagación del COVID-19, la senadora del PAN, Xóchitl Gálvez, apuntó que los legisladores del PAN deben buscar acciones creativas para poder continuar sesionando y encontrar soluciones para enfrentar la pandemia por coronavirus. Dijo no estar segura de compartir la postura de su partido, pues lo más importante “es continuar trabajando para los mexicanos. El problema es si debemos sesionar o no, pues muchos de los senadores vienen de diferentes estados y viajan en avión, por lo que aumenta el riesgo”. Cuando pueden ir a trabajar sin problema no producen, y ahora que hay contingencia, ¿les sobran ganas de legislar? ¡Bah!
5. Sana distancia. Ésta es la prueba de que hay dos clases de políticos en Morena, el partido en el poder. La Comisión de Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados aprobó el dictamen de reforma constitucional para eliminar el fuero al Presidente de la República. La iniciativa que fue enviada por el propio Andrés Manuel López Obrador, y avalada por 19 votos a favor, cero en contra y una abstención. La votación en favor fue por los diputados de Morena, PT y PES. La discusión y votación estuvo marcada por la ausencia de los legisladores de oposición, quienes no acudieron desde el miércoles por la alerta de transmisión del COVID-19. Note la diferencia: en tanto, los diputados de Morena aprueban, al mejor estilo del agandalle, la reforma para reelegirse en el Congreso. ¿Y luego por qué los repudian?