El presidente de México insiste en que el país está preparado para la pandemia y asegura que una decisión “apresurada” desataría “el miedo”
El tiempo y los científicos han confirmado que la estrategia que un día sostuvieron Boris Johnson o Donald Trump de minimizar la amenaza del coronavirus hasta que llegaron los muertos, no era la más apropiada. A pesar de ello, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador se ha sumado con la firme convicción de que “no hay que exagerar” y “estamos preparados”. López Obrador volvió a insistir este viernes en su mensaje de “tranquilidad” con el que se ha dirigido a los mexicanos durante toda la semana. Las autoridades sanitarias han informado que México suma 203 casos confirmados de contagio y dos muertes.
Durante un mitin en una zona rural del Estado de Oaxaca, en la que repartió abrazos y besos, repitió: "Nos estamos preparando. Estamos haciendo acopio de recursos, tenemos suficientes médicos, especialistas, centros de salud y camas”. El mandatario le pidió a la población que “no se exagere porque nos afecta en la economía si tomamos una decisión apresurada y espectacular. Además, perjudicamos a la gente, desatamos el miedo, nos desgastamos y apenas estamos iniciando”.
De acuerdo con el mandatario, la segunda y tercera etapa de la pandemia se complicaría si el miedo, y la psicosis se hacen presentes en la sociedad y aseguró que "cuando se requiera fortaleza vamos a estar debilitados (…) Quieren que aparezca con un cubre bocas, pero no estamos en esa etapa y no lo voy a hacer”, insistió. “¿Para qué voy a alarmar a la gente?”. El mandatario dijo que el próximo lunes se presentará un plan de contingencia y pidió confianza a la gente. “Nos hemos enfrentado epidemias, temblores, malos gobiernos, corrupción y estamos de pie. Voy a ir informando y si se requiere quedarse en casa lo voy a decir en la mañanera, tarde o noche”, dijo. “Tenemos recursos y el dinero que se necesite. Y hay organización y mando”.
Desde que se desató la crisis sanitaria en todo el mundo, el Gobierno mexicano ha tratado de minimizar la sensación de miedo en México. Por el momento las cifras de afectados le dan la razón, pero el miedo viaja por el metro y por la televisión al ver lo que sucede en China y Europa. Las autoridades sostienen que hay 203 personas afectadas por Covid-19, desde que hace un mes se registrara el primer caso, pero 39 nuevos contagiados respecto al día anterior. Hasta el momento se han confirmado dos fallecimientos. Hay también 606 casos sospechosos, que estarían pendientes de una segunda prueba que exigen las autoridades para confirmarlo. La Ciudad de México es el principal foco de contagio junto con Jalisco, según Jose Luis Alomía, director general de Epidemiología. Sin embargo, en su estrategia de primar la economía sobre medidas de contención entre la población, al mandatario no le acompañan sus vecinos.
México y Estados Unidos pactaron un cierre parcial de la frontera y Donald Trump pidió- prácticamente dio por hecho- que México cortaría sus vuelos con Europa. Ciudades como Los Ángeles, la segunda donde más mexicanos hay del mundo después de Ciudad de México, ha obligado también al confinamiento. Aunque las restricciones fronterizas afectan principalmente al turismo por el momento, la mitad de los turistas que llegan del exterior lo hacen desde Unidos y destinos como Cancún operan al 60%. Canadá ha tomado medidas aún más restrictivas y en América Latina Argentina ya pidió a su población el confinamiento permanente y El Salvador cerró fronteras por completo. En México, por iniciativa particular han ido cerrando paulatinamente cines, restaurantes o fondas mientras comenzaban tímidamente las sugerencias de la alcaldesa Claudia Sheinbaum para que la gente se quede en casa. A pesar de mensajes de tranquilidad oficial 1.153 mexicanos desperdigados por el continente han regresado repatriados de países como Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Honduras, Perú o Venezuela.
En la última semana López Obrador se ha esforzado para frenar un golpe económico que ya está encima. La semana termina con una caída de la bolsa del 2,49%, un descenso del 10% del precio de la mezcla mexicana y una caída en la cotización frente al dólar de 24 pesos por cada dólar, cuando hace un mes rozaba los 19. A la esta borrasca financiera que se avizora, el gobierno mexicano ha respondido hasta ahora adelantando el pago de la pensión de los ancianos.