Día 1: Escuchando a López-Gatell
Escuché un par de veces la entrevista de Joaquín López-Dóriga con el doctor Hugo López-Gatell el viernes pasado en Radio Fórmula.
En 38 minutos Joaquín hizo las preguntas que creo estaban en la mente de la mayoría y el subsecretario las contestó todas. Creo que es un buen compendio de lo que el subsecretario ha venido diciendo desde el principio de esta crisis, con excepción de aquella cosa absurda de la fuerza moral y el contagio.
El doctor es claro: esto se va a poner peor, llegaremos a fase dos y a fase tres. Vamos más tarde que otros porque la primera infección llegó más tarde. Sus proyecciones se mantienen en el rango de 250 mil infecciones, 15 por ciento de estos requiriendo hospitalización, entre 5 y 6 por ciento necesitará de medicina crítica: terapia intensiva, ventiladores, etcétera.
Desde enero, dijo López-Gatell, se están preparando opciones para reconvertir hospitales, para tener hospitales exclusivos para atender el problema, utilizar, en colaboración, la capacidad en hospitales privados, expandir la capacidad con hospitales “portátiles” y alguna otra.
También dijo: “Si el número total (de enfermos) es mayor a la capacidad instalada y expandible estamos en un problema”.
Si las proyecciones de la Secretaría son ciertas, estamos en un problema y no solo por números totales sino por la incertidumbre en la distribución geográfica de las infecciones.
También habló de tiempos, de fechas.
Hoy es el primer día oficial de sana distancia que será más estricta conforme avance la infección, dos semanas antes de la Semana Santa y de Pascua, tiempo fundamental para los destinos turísticos del país que será los primeros en padecer la cuarentena. En los hechos: es un mes de reclusión.
Pero López-Gatell dijo el viernes en la entrevista que hoy en día las proyecciones ponen el peor momento de infección en junio. Mes y medio después de la Semana de Pascua. Sí, a tres meses de hoy.
Quién nos regresa a la calle cuando los números estén al alza.
Hay que escuchar a López-Gatell, sin duda.
Pero hoy urge escuchar al secretario de Hacienda, a la secretaria de Economía, a la titular del SAT, a la banca, a los líderes empresariales.
El desastre económico que se aproxima puede ser, también, mortal.
@puigcarlos