1. Depredador político. Ricardo Anaya, el excandidato presidencial por el PAN, PRD y Movimiento Ciudadano, reapareció este fin de semana después de 21 meses de autoexilio. Con un mensaje videograbado llamó a los mexicanos a la unidad, a no polarizar y a cuidarse ante la amenaza del COVID-19, “el cual es muchísimo más peligroso de lo que hoy parece”. Despierta, no obstante, suspicacias al asegurar que “no son tiempos de política”, pero reaparece sonriente en medio de la pandemia que tiene atrapada la atención no sólo de los mexicanos, sino del mundo entero. “No son tiempos de política, son tiempos de solidaridad. No son tiempos para dividir o polarizar, sino para unir. No es momento de pleitos entre políticos, eso nada va a resolver. Sugirió a los mexicanos no pelearse con el presidente Andrés Manuel López Obrador. Lástima. No puede ocultar sus intenciones políticas.
2. Tiro. En redes sociales todo es posible, hasta un buen pleito entre el expresidente Felipe Calderón y el embajador de Estados Unidos en México, Christopher Landau. En su cuenta de Twitter, Calderón compartió palabras de Joe Biden, candidato presidencial estadunidense: “En tiempos de crisis, un presidente debe calmar y confortar, mostrar el camino con mano firme, y proveer un faro de esperanza al pueblo americano. Donald Trump es incapaz de hacer eso”. Minutos después, el diplomático estadunidense escribió: “En tiempos de crisis, un expresidente no tiene por qué meterse en la política doméstica de otro país. Ahora más que nunca nos toca trabajar juntos. No politicemos a TODO por gracias a Dios”. Y después el michoacano se quedó calladito. Buen estate quieto le puso Landau. Mensaje: calladito se ve más bonito; y se daña menos.
3. Barbacoa mata riesgo. Pese a las recomendaciones de la Secretaría de Salud, los regiomontanos hicieron fila para comprar barbacoa. Y es que para cientos de familias ya es una tradición que cada domingo por la mañana se almuerza barbacoa. En Nuevo León, aunque algunas carnicerías y centros comerciales sí han acatado las recomendaciones, la mayoría de los puestos informales no tiene restricciones. Los puestos de comida lucieron llenos de personas que, en su mayoría, se dirigían al trabajo y mientras esperaban el transporte aprovechan para comer. Al tener un espacio reducido, los comensales no guardan la distancia necesaria para evitar contagios de COVID-19. No hay que ser testarudos para no ver el gran problema que se tiene.
4. Hogar seguro. Ante la crisis por el COVID-19 en la Ciudad de México, la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, no sólo reiteró su llamado a la ciudadanía para quedarse en casa, también anunció que, a partir de hoy lunes, no se podrán realizar eventos masivos. “Quedan cerrados baños de vapor y gimnasios; y quedan cerrados y no podrán realizarse eventos masivos en iglesias, cines, teatros, deportivos, zoológicos, Pilares, Cendis. Vamos a buscar la reducción de hasta 50% de todos los trabajadores sin labores operativas sustantivas, de alcaldías y gobierno central”, detalló. Una a una, las entidades de la República comienzan a integrarse a esta obligada cuarentena. No lo eche en saco roto: se trata de salvar la vida. Ni más ni menos.
5. Ejemplar. Un juez de control dio sentencia condenatoria de 80 años de prisión por los delitos de secuestro agravado y delincuencia organizada en contra de Zaret Marín Valencia, encargada de facilitar información a los secuestradores, aprovechando el parentesco por consanguinidad que guardaba con la víctima por ser primos. El juez dictó dicha sentencia e impuso, además, 12 mil días de multa. Como resultado de los trabajos de campo del Ministerio Público federal, de la Unidad Especializada en Investigación de Delitos en Materia de Secuestros, se pudo comprobar que la sentenciada facilitó la información para que se realizara el secuestro de un hombre en el 2016, en Atlautla, Estado de México. De una vez por todas es tiempo de enseñarles a quienes piensen delinquir los alcances de sus actos.