Los despidos, por debajo del COVID
No hace falta mucha investigación, desde famosas birrias en el centro de la ciudad de México hasta en una de las televisoras más poderosas del país, ya comenzaron los recortes de personal.
Y, aseguran algunos, no se trata de una gandallez para no pagar homework… es sencillamente que la previsión económica para regresar a las labores normales, cuando se pueda, no son nada buenas.
Es claro que la ciudadanía no ha podido darle a esto la debida atención porque es algo que está corriendo debajo del COVID-19, cubierto por él; así que la reacción de esta misma ciudadanía es difícil de prever.
Napito, montado en el COVID
Y quien se puso a la vista nuevamente fue Napito Gómez Urrutia (sí, a quien papá le dejó en herencia un hoy poderoso sindicato minero).
Napito metió dos goles esta semana. Uno en la cancha de Palacio Nacional, cuando el mismísimo Presidente comentó que el senador Gómez Urrutia no estaba muy de acuerdo con el curso que ha tomado la discusión del outsourcing.…
¿Y alguien cree que Napo se ganó apelativos de fifi u conservador por desdeñar los dictados de Presidencia sobre un tema? No, el trato fue cuidadoso y atento, el que se da a un interlocutor de peso y validado. Quién fuera Napito.
Ascendiendo junto al COVID
Y ya que estamos en el resumen semanal, la escena más jocosa de la misma también se dio en Palacio, cuando AMLO quiso poner una fecha para que todo volviera a la normalidad.
Un palidísimo López-Gatell resistió el impulso natural (reflejo condicionado, que le decía Pavlov) a mover la cabeza de arriba abajo y de abajo arriba.… Y pues no, esta vez debió aclarar que la fecha de regreso a la normalidad puede variar según el malvado virus se comporte.
No sabemos si es la primera, pero ojalá que no sea la última vez que el supersubsecretario le diga no al Presidente.
Hundiéndose en el COVID
Y no nos lo van a creer, pero en verdad que en estos momentos hay en Morena quien aún cree oportuno seguir con el debate de renovar la dirigencia partidista.
Y no es para creer porque hasta los bancos han aceptado aplazar el cobro a sus deudores, así que la renovación del partido en el poder, por más importante que sea, bien merece esperarse a que la contingencia sanitaria amaine.
En fin, que esa película de peleas internas ya se las vimos cuando todos ellos eran perredistas. Amarillitos o guinditas, las viejas costumbres no los abandonan.
¡Todo yo, todo yo, hasta el COVID!
Ya son constructores de vivienda, de megaproyectos, cuicos de crucero, administradores portuarios y compañía inseparable del Ejecutivo.
Ahora se encargarán de 17 hospitales que en este momento son más idea que realidad y que deben estar listos cuando el coronavirus comience a impactar fuerte en México.
Pues sí, las Fuerzas Armadas andan un poquito saturadas.