Recortes a salud y división social
“Los países que han ahorrado dinero en los últimos años al reducir los servicios de salud, ahora pagarán mucho más como resultado de la epidemia…”.
¿A qué país le viene el saco de este bochornoso vaticinio? Al nuestro.
El juicio es de Yuval Noah Harari, autor de las revolucionarias obras Sapiens, breve historia de la humanidad y Homo Deus (traducidas a más de 40 idiomas), en la entrevista que concedió a Paula Escobar para la edición del viernes 27 de La Tercera de Chile.
A México aplica eso de te lo digo, Juan, para que lo entiendas, Pedro, porque, ante la impredecible y multitudinaria demanda de atención clínica por la pandemia galopante, el gobierno de la 4T quiere ahora reclutar gente como la que hace un año echó a la calle con la disminución del presupuesto (dos mil 400 millones de pesos menos a la Secretaría de Salud), irresponsable medida de “austeridad republicana” para poder fondear programas sociales y cooptar clientelas electorales: en los primeros cinco meses de la gestión lópezobradorista fueron corridos más de 10 mil médicos, médicas, enfermeras, enfermeros y pasantes del IMSS, el ISSSTE y los institutos especializados (a todos se les desabasteció de medicamentos y hasta de jabones).
Para Noah Harari, lo que se vive es el “fracaso colectivo del liderazgo mundial”.
En los últimos años, reprocha, “políticos ultranacionalistas en varias partes del mundo han socavado deliberadamente la confianza de la gente en la ciencia, los medios y las autoridades públicas”.
Brillante historiador, este joven profesor de la Universidad Hebrea de Jerusalén opina: “La clave para derrotar las epidemias es una buena educación científica y sólidas instituciones independientes como universidades, hospitales y periódicos”, ya que “una sociedad que brinda a los ciudadanos una buena educación científica y que es atendida por instituciones fuertes e independientes, puede lidiar con una epidemia mucho mejor que una dictadura brutal que tiene que vigilar constantemente a una población ignorante”.
Ejemplifica su preocupación con Donald Trump y Jair Bolsonaro, que “incitan al odio no solo hacia los extranjeros, sino inclusive contra los conciudadanos. Estos líderes han hecho todo lo posible para dividir a la sociedad en campos hostiles, describiendo a la oposición, no como rivales legítimos, sino como traidores peligrosos. De este modo, se ganaron la lealtad de la mitad de la sociedad, mientras alienaban completamente a la otra…”.
Confía en que ese tipo de líderes “abandonen sus tácticas de divide y vencerás y hagan todo lo que esté en su poder para recuperar la confianza” de los ciudadanos, ya que “las medidas temporales tienen el desagradable hábito de sobrevivir a las emergencias, especialmente porque siempre hay una nueva emergencia al acecho en el horizonte”.
Lo que viene será una nueva era porque “las leyes normales de la historia están suspendidas” y en unas cuantas semanas lo imposible se volvió ordinario…