¡Quédate en casa!
La pandemia del covid-19 nos ha puesto a prueba. Salir adelante depende de todos.
El llamado que hace el subsecretario de salud del gobierno de México, Hugo López-Gatell es categórico, pero deja ver su desesperación: ¡Quédate en casa! ¡Quédate en casa! ¡Quédate en casa! El resguardo personal es la única forma de retrasar la pandemia del covid19 y de proteger a los ciudadanos. No hay otra manera, aún no existe cura contra este mal y falta mucho aún para ver el final de una historia de horror que ha colocado al mundo contra la pared. La otra crisis que ha provocado el coronavirus es económica, pero para poder salir de ese problema, primero hay que cuidar la salud.
Mucho se habla y se escribe sobre el virus que hace apenas cuatro meses apareció por primera vez en Wuhan, la capital de la provincia de Hubei, en la China central. A lo largo de estos meses la Organización Mundial de la Salud ha difundido distintos aspectos de la enfermedad y conforme se investiga se van detallando sus peculiaridades. Lo único que no se ha modificado desde el principio es la importancia de lavarse constantemente las manos, de evitar el contacto entre unos y otros y de aislarse temporalmente.
La situación no se sencilla desde ningún ángulo, porque, aunque la implementación de estas medidas parece sencilla, para millones de personas alrededor del mundo no lo son; la necesidad de laborar para ganarse el sustento los obliga a salir de sus casas; si no trabajan, no comen.
Es aquí donde entran los gobiernos, con programas de prevención y apoyo, para que por un lado se cumpla la cuarentena y por otro se ayude a empresas, negocios y personas a salir adelante. Hasta ahora el gobierno federal se ha enfocado en el primer punto, en retirar a los trabajadores de las instituciones, a pedir a las empresas que paren y a los comercios que suspendan su trabajo, pero poco han ofrecido en contraparte para que las compañías no quiebren y la gente pueda subsistir durante el encierro.
En Francia, Canadá, Alemania o El Salvador, los presidentes han presentado planes directos de apoyo económico a la gente, con programas emergentes para mantener viva la planta productiva y no perder empleos; son acciones específicas para que la gente reciba dinero mientras no trabaja y para que en medio de la pandemia la infraestructura económica no colapse. En México, en contraste, el gobierno federal ni siquiera ha flexibilizado el pago de impuestos, no otorga prórroga en la presentación de la declaración anual y únicamente mantiene activos los programas de subvención social que ya existían.
En materia sanitaria el mensaje de las autoridades federales es contradictorio: por un lado el subsecretario López-Gatell reitera enfático la importancia de aprovechar el momento, de no dejar ir la última oportunidad que tenemos para frenar la pandemia y perder el control de las cosas. “Es imperativo resguardarnos todos al mismo tiempo, quedarnos en casa y ayudar así a frenar la cadena de contagios; quienes se enfermen hoy, comenzarán a manifestar síntomas en catorce días”, dice.
Pero por otro lado aparece López Obrador, quien a diferencia del resto de los mandatarios del mundo (¡del mundo!) no ha suspendido sus giras ni su agenda política, continúa convocando a reuniones masivas y saluda de mano a las personas, entre ellas la madre de un narcotraficante. Con sus actitudes, el presidente de México no parece estar muy convencido del peligro que representa el covid19; pareciera que lo sigue considerando una estrategia de los conservadores para dañar a su gobierno.
Lo peligroso es que el presidente Andrés Manuel López Obrador tiene muchos seguidores, gente que lo respalda y lo obedece a ciegas, son personas que replican su actitud desparpajada, que no toman en serio la pandemia y por lo tanto continúan haciendo su vida con normalidad. “Si Andrés Manuel dice que todo esta bien, que no nos pasará nada porque somos una raza resistente y cargamos con amuletos protectores ¿Para qué necesitamos aislarnos?”
La actitud del presidente es la barrera principal del programa Sana Distancia; es imposible tomar en serio dicha medida cuando el jefe del ejecutivo federal se mantiene activo, con una agenda de trabajo normal, en giras y reuniones públicas todos los días, realizando actos que no son esenciales y fácilmente podrían postergarse. “Los conservadores quieren que me aísle, que haya un vacío de poder para poder tomar la conducción política del país”, afirma en su defensa el tabasqueño.
México, como lo ha señalado de manera atinada el subsecretario López-Gatell enfrenta un momento crítico en su historia, la actuación oportuna de todos, quedándonos en casa y manteniendo una sana distancia es la diferencia entre ganar y perder una batalla que se puede contabilizará en decenas, cientos o miles de muertos.
La infraestructura hospitalaria de México no alcanza para atender una crisis de este tipo, las camas de los hospitales y los ventiladores existentes no resistirían una pandemia como la que se avecina y muchos, cientos o miles de enfermos quizá, se quedarían sin ser atendidos porque simplemente no habría lugar para tenerlos. Así lo ha dicho con todas sus letras el subsecretario López-Gatell.
Eso es lo que el presidente de México no ha entendido o no quiere ver, que el peligro es real y el riesgo de que México colapse está a la vista. Nuestro vecino del norte se ha convertido ya en el epicentro de la pandemia mundial, el presidente Donald Trump ha señalado que, si Estados Unidos logra cerrar el problema con “tan solo” 200 mil muertos, “habrán hecho un gran trabajo”. En México López Obrador parece no observar estos hechos, no se da cuenta de lo que están haciendo otras naciones y arrogantemente dice que “Trump le está copiando su modelo de apoyo directo a las personas”.
México vive un momento clave en su historia y lo que venga depende de lo que hagamos todos en conjunto; el gobierno federal se mueve en línea doble, por un lado la estructura técnico-científica que encabeza López-Gatell, que reitera acciones concretas para intentar frenar la cadena de contagios y por otro la línea política que no suelta López Obrador, que es contradictoria a lo que hace su propio equipo médico y confunde a la ciudadanía con sus actitudes.
Es momento de que los ciudadanos tomemos el problema en nuestras manos, que con acciones de aislamiento (lo ideal) y de prevención, en los casos en los que sea indispensable salir a trabajar, asumamos la responsabilidad de que el virus se propague y la muerte nos alcance.
Lo que tenemos enfrente se puede analizar desde un punto numérico, como lo han detallado los especialistas: 8 de cada 10 mexicanos terminará contagiado y 15 de cada 100 enfermos requerirán atención hospitalaria; un 5 por ciento perderá la vida.
Pero también lo podemos reflexionar de una manera más humana: en cada familia mexicana habrá alguien enfermo y con síntomas y todos conoceremos de manera directa o indirecta de alguien que perdió la vida a causa del coronavirus.
El covid19 es un asunto muy grave que está pegando muy fuerte a la humanidad entera. Debemos tomarlo en serio y hacer lo que nos toca para evitar contagios. Quedarse en casa es la manera más sencilla y efectiva de ayudar.
Hagámoslo.
posdata
El llamado a mantenerse en casa ha sido escuchado por un amplio sector de la sociedad, pero no todos han entendido la dimensión del problema y por ello siguen en las calles. Por esa razón algunos gobiernos de varios estados de la república, incluido el de Morelos, ha implementado acciones específicas para inhibir la circulación de la gente.
Y es que, aunque muchos se mantienen en la calle por necesidad, hay otros más a quienes no les interesa seguir las recomendaciones, ni les importa contagiar o contagiarse del coronavirus. Son personas inconscientes o irresponsables que ocultan su egoísmo en la ignorancia y actúan como estúpidos.
Para frenar esta situación varios gobiernos en Morelos, empezando por el de Cuauhtémoc Blanco y el de Antonio Villalobos, han decidido aplicar medidas más severas como el cierre obligatorio de negocios de alta concentración de gente, han mandado a todo su personal a casa (excepto el de áreas indispensables para el correcto funcionamiento del estado y la ciudad) y advierten que habrá fuertes sanciones a quienes incumplan las recomendaciones y las normas.
Las medidas no son sencillas ni tampoco fáciles de aplicar, causarán pérdidas millonarias a todos los sectores y costarán el trabajo a cientos o quizá miles de personas. Por ello las decisiones tomadas deben estar acompañadas de apoyos de diferentes tipos para que la gente, los negocios y las empresas puedan salir adelante, para que el futuro no sea tan negro para todos y después de la enfermedad no quede la pobreza.
Ya lo dijo el canciller Ebrard: “Entre más efectivo sea el mes de cuarentena, más pronto regresaremos todos a la normalidad; la campaña de Sana Distancia es una medida de salud, pero también económica, para que el impacto de la pandemia sea lo menos dañina para todos”
No es fácil de entender, pero se debe hacer.
nota
¿Sabes por qué el jabón es tan efectivo contra el covid19?
El jabón es una mezcla de alguna grasa, agua y álcali o sal básica. Cuando te estás lavando las manos y las moléculas de jabón se encuentran con grasa, sus colas son atraídas hacia ella mientras sus cabezas se quedan en el agua.
Las fuerzas de atracción entre las cabezas y el agua son tan fuertes que levantan la grasa de la superficie, de manera que esta queda completamente rodeada de moléculas de detergente, que van separándola en pedazos cada vez más pequeños, que luego son arrastrados con el agua.
Cuando recoges sin querer coronavirus con tus manos, estos no pueden penetrar la piel, pues su capa más externa es ligeramente ácida, pero sí pueden permanecer ahí esperando la oportunidad para entrar al cuerpo por lugares más vulnerables.
Y es en ese momento en el que lo puedes interceptar y destruir con solo lavarte las manos.
El jabón no solo afloja al virus de la piel, sino que hace que la envoltura viral se disuelva, de manera que las proteínas y el ARN se deslían y el virus metafóricamente muere -realmente se desactiva, pues los virus no están precisamente vivos-.
Solo le queda al agua llevarse los restos de lo que hasta hacía 20 segundos era una grave amenaza para nuestra la salud y la de otros.
¿Por qué 20 segundos?
Porque el jabón necesita algo de tiempo para que su magia surta efecto y, de paso, nosotros también necesitamos unos segundos para asegurarnos de que nos estamos enjabonando por todas partes.
Los desinfectantes también sirven, pero la maravilla del agua jabonosa es que solo necesitas un poco para cubrir todas tus manos y con solo restregarte te deshaces de lo indeseado.
Para lograr lo mismo con otros productos, que generalmente contienen alcohol, tienes que empapar con esas sustancias todos los recovecos en los que puedan estar escondidos los virus.
¿Entendiste o lo repetimos?
post it
La preocupación del alcalde Antonio Villalobos del problema del Covid19 es loable; el equipo de acción que implementó el municipio para tomar decisiones en la materia está funcionando.
Ahora falta que le echen un ojo al Sistema de Agua Potable, para que el vital líquido no falte en las colonias, para que la gente pueda llevar a cabo las medidas de sanidad que se requieren en un momento de crisis. Si quieren, se pueden seguir tomando selfies haciendo su trabajo.
redes sociales
Quien hubiera pensado que así iba ser un año preelectoral.
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