Campa en Nochixtlán
No hay claridad sobre qué persona o grupo tiene el mando en la localidad de Nochixtlán, Oaxaca.
Hace pocos días una comisión gubernamental fue rechazada porque la gente de allá desconoció a los que vinieron acá, a la Segob, a dialogar con el gobierno.
La pregunta es si la visita pactada del subsecretario Roberto Campa tiene el respaldo de todos, o si el funcionario federal será rechazado o, peor, retenido una vez que llegue mañana jueves a la comunidad.
La idea es que se reúna con familiares de las víctimas del enfrentamiento con agentes federales. Es un recorrido de alto riesgo.
Fuego amigo
La elección del Estado de México ya genera inquietudes. Ya se metió de lleno en la agenda de los partidos.
Luis Felipe Bravo Mena es la figura panista más identificada con la entidad. Hace seis años compitió contra Eruviel Ávila, nada qué presumir a casa.
Pero su voz pesa al interior del blanquiazul. Pues bien, se pronunció porque el PAN vaya en alianza, con el objetivo primordial de forzar la alternancia.
No sólo eso. Contra los pronósticos, borró a Josefina Vázquez Mota de la lista de aspirantes del blanquiazul.
Ella, dijo para justificarse, está demasiado ocupada con el asunto de los migrantes. Habría que preguntarle a Josefina qué tan ocupada está.
Poco ética
Las aguas se agitan al interior del PRI. Se han registrado reacciones diferentes, incluso antagónicas, ante los resultados del pasado 5 de junio.
Mientras algunos gobernadores derrotados instrumentan acciones para blindarse una vez que dejen el gobierno ante el acaso de sus adversarios; otros dicen que eso de blindarse los hace ver mal como partido.
Ahí está el caso de Cristina Díaz, secretaria general de la CNOP, que ha sido dos veces dirigente nacional, quien dijo que es poco ética la conducta seguida por mandatarios surgidos de las filas del PRI.
Pidió que los mandatarios se reúnan con la dirigente nacional, Carolina Monroy, para evitar más daños al tricolor.
Culpables comunes
En momentos críticos la información es la mejor herramienta para comprender lo ocurrido y evitar que se repita.
La información arroja luz sobre los acontecimientos; cuando no hay información los cubre una densa neblina.
Recurrir a figuras como “infiltrados” o “gente ajena” es apenas el inicio de una explicación que requiere llegar a las últimas consecuencias.
Los infiltrados de Nochixtlán o la gente ajena de la Ciudad de México no contribuyen a aclarar, es desconcertante.
Urge precisión.