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DUDA RAZONABLE

Día 12: leyendo a Wendy en cuarentena

Pensé escribir de la mañanera de ayer y los tiempos que anticipa, o tratar de adivinar qué se dirá el domingo, pero no tengo bola de cristal.

Además, es viernes.

Hace días me topé con esto que escribió mi amiga escritora Wendy Guerra y me ayudó a ver a otros países, a otras geografías, a ver lejos en estos tiempos de aislamiento.

Así que va Wendy para este viernes:

En Cuba siempre hemos estado en cuarentena, será por ello que aislarme no me resulta algo fuera de lo común.

Pasaron varias décadas y continuamos así, aislados, siempre alertas, cuidándonos de algo o de alguien invisible que amenaza desde algún punto desconocido.

En todos estos años, hallazgos, descubrimientos, antídotos, novedosos inventos son patentados y puestos en práctica por el hombre. El mundo cambió mientras del otro lado del muro, bajo la cortina de agua nosotros nos mantenemos concentrados en becas, entrenados, movilizados militarmente y ausentes de otra realidad que no fuera la resistencia endémica.

Bajo la penumbra del apagón general cantamos a coro hermosas canciones de amor, acompañados de guitarras, claves, maracas caseras, ron, aguardiente o algún sucedáneo espirituoso, mientras las horas parecen siglos, nosotros vivimos acuartelados de los 60 a los 2000. Fuimos, somos, esa numerosa tropa que no puede salir de casa, porque allá afuera, una gran peste arrecia y no perdona. Salir es traicionar, quedarse es amoldarse al colectivo. Algunos se arriesgaron escapando y hasta ellos viaja, se eleva, nuestra nostálgica curiosidad como un papalote a bolina.

En Cuba siempre hemos estado en cuarentena del mundo, lo difícil ahora será no encontrarnos, no tocarnos, no hablar ni interactuar cantando, bailando, bromeando, discutiendo entre nosotros. Ese castigo es la parte final de un ejercicio ortopédico largo y difícil.

Después de todo lo vivido, aislarse también, internamente, parecería una broma macabra.

De la penitencia que implica poner a los ciudadanos en sus casas a pensar, hablar consigo mismo y con sus familiares más cercanos, saldrá una idea más clara de país, ese que somos en primera persona del singular.

Wendy Guerra ha publicado las novelas Todos se van, Nunca fui Primera Dama, Posar desnuda en La Habana, Negra, Domingo de Revolución.

Buen fin. Cuidémonos.

@puigcarlos

Ámbito: 
Nacional