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SERPIENTES Y ESCALERAS

¿Y si te enfermas?

Las autoridades lo piden de todas las formas y por todos los medios: ¡Quédate en casa! El aislamiento personal es hasta ahora la única y mejor manera de protegernos, de evitar la propagación de virus y frenar la velocidad de contagio. Mucha gente ha hecho caso al llamado, pero todavía hay muchos otros que no lo hacen, quizá porque no ha entendido la magnitud del problema o piensan que no van a enfermarse. Los Investigadores de la UNAM lo advirtieron: son diez días críticos, se deben extremar precauciones.

Dice la sabiduría popular que con la edad dejas de ver las letras pequeñas de cerca, pero observas bien a los pendejos de lejos. Así sucede con la pandemia del covid-19: los llamados al aislamiento voluntario y al cuidado personal nos permite ver como todavía hay gente que no ha entendido la gravedad de la situación por la que atravesamos, que supone que se trata de alguna confabulación económica o política internacional o simplemente creen que a ellos no les va a tocar.

El problema es serio, porque la sociedad se ha dividido en un tema que nos atañe a todos como humanidad: hay un sector importante de la población mexicana que ya dimensionó las cosas, que no entiende muy bien lo que está sucediendo pero sabe que es primordial hacer caso a las recomendaciones de aislamiento y sanidad para no contagiarse. Lo hacen a pesar de que no es fácil, de que conlleva un gran esfuerzo personal y representa un enome sacrificio económico.

Por existe otro sector que también es amplio que se quedó con el mensaje inicial del presidente de que “no pasa nada” y emulan las expresiones obradoristas que describen al momento actual como una “crisis transitoria que no tardará”, de la cual saldremos fortalecidos porque no cambiarán el propósito de acabar con la corrupción en México y que “Nos vino esto como anillo al dedo para afianzar la transformación”.

El problema más serio que enfrenta el equipo técnico de médicos y especialistas que ha formado el Gobierno de México es contener al presidente López Obrador y construir una narrativa que no choque con el discurso presidencial, para no enfrentarse contra la personalidad de un hombre terco, que no acepta posiciones opuestas a la suya y se siente dueño absoluto de la verdad.

Un domingo hace dos semanas Andrés Manuel López Obrador grabó un video en Oaxaca comiendo en un restaurant y pidiendo a toda la gente que hicieran lo mismo “No dejen de salir, todavía estamos en la primera fase, yo les voy a decir cuándo no salgan, sigan llevando a sus familias a los restaurantes y a las fondas…” un día después la jefa de gobierno de la CdMx Claudia Sheinbaum pidió a los capitalinos quedarse en casa, evitar reuniones de más de 50 personas y decretó el cierre de cines, teatros, gimnasios y todos los negocios de concentración masiva. Al final salió López-Gatell a detallar la gravedad de la situación.

“No dejes que la política se meta en asuntos médicos; pasó en Irán y está pasando en Estados Unidos” dice Kamiar Alaei, experto en política sanitaria y copresidente del Institute of International Healt and Education en Albany. “Desde el gobierno iraní hubo semanas de negación al coronavirus por razones políticas y actuaron tarde, lo que llevó a que se expandiera por el país”.

Lo que está sucediendo en México es llamativo desde diferentes ángulos: primero está el doctor López-Gatell y su desesperado llamado a la cordura colectiva y a la solidaridad para seguir las recomendaciones y ayudar a frenar la velocidad de contagio. El subsecretario de salud federal -no el secretario, que quien sabe dónde anda- se echó a los hombros la responsabilidad de enfrentar la pandemia, de informar cada tarde en conferencia de prensa la situación que vivimos y llamar una y otra vez a quedarnos en casa.

Frente al médico está su jefe, el presidente de México, que replica tímidamente los llamados al aislamiento, pero con su actitud muestra que en realidad no le interesa mucho el tema, porque no cree en la gravedad de la situación, ni considera que el coronavirus sea un motivo suficiente para suspender su agenda diaria de actividades. A direfencia de otros mandatarios mundiales que se han recluido para desde sus oficinas conducir la crisis, López Obrador se la pasa en eventos políticos como si no sucediera nada.

Por ese contraste de discursos y actitudes dentro de un mismo gobierno es que los ciudadanos debemos asumir la responsabilidad de cuidarnos y tomar en nuestras manos el problema. Los gobiernos están haciendo lo propio al ordenar el cierre inmediato de negocios y centros de entretenimiento para quitarnos la tentación de salir de casa, fortaleciendo la infraestructura médica y ampliando los lugares de atención; nosotros debemos dimensionar que un elemento clave es la velocidad de contagio y eso solo se puede frenar con el confinamiento en nuestras casas.

Lo que debemos entender todos es que, como lo dijo el doctor Héctor López Gatell, no hay manera ni aquí ni en ninguna parte del mundo de frenar la pandemia; “La vamos a tener en la fase 2 y en la fase 3”, lo único que podemos hacer ante tal situación es frenar la cadena de contagios para poder administrar la crisis; es decir: que el número de enfermos no crezca exponencialmente para tener camas, médicos e instrumental suficientes para atenderlos.

Las proyecciones de las autoridades de salud federal y de todos los gobiernos estatales, incluyendo al de Morelos, coinciden en que estamos por vivir el peor momento de la pandemia, que en unos días más comenzarán a multiplicarse los casos de personas contagiadas y entonces cambiará radicalmente el panorama que tenemos enfrente. Hasta el momento los trabajos son de prevención, de adecuación de instalaciones y compra de insumos; lo que viene es más duro: atender a los enfermos y ver crecer de manera exponencial el número de muertos.

En Morelos la semana pasada se presentó un hospital móvil y un centro de atención médica virtual; el primero es un esfuerzo para aumentar la capacidad hospitaliaria, pensando que el número de camas que tenemos actualmente no fuera suficiente para atender a los pacientes y el segundo es un mecanismo para que la gente acceda de manera remota a un médico que lo atienda, que resuelva sus dudas y lo aconseje en todo lo relacionado con la pandemia. De manera paralela la administración estatal ha puesto en marcha un programa emergente de apoyo a micros y pequeñas empresas con créditos de 100 mil pesos y cuatro meses de gracia a tasa cero.

Ante la falta de una propuesta central del Gobierno de México, como ha ocurrido en países como Canadá, Francia, Estados Unidos o Alemania, por mencionar algunos, varios gobierno estatales mexicanos han echado mano de sus propios recursos para enfrentar las crisis que vivimos. En el caso de Morelos no se puede dejar de observar que las finanzas estatales están quebradas como consecuencia de los abusos financieros cometidos en la pasada administración de Graco Ramírez, de ahí lo complicado de ir a la guerra con tan pocos fusiles.

La pandemia del covid-19 ha desatado múltiples debates en las redes sociales, todos comentan, comparten información y dan opiniones sobre la situación; hay algunos que toman partido a favor o en contra del gobierno (o de la enfermedad) y asumen posturas absolutistas, confrontativas y poco tolerantes. Todo ocurre mientras una enorme cantidad de ciudadanos se queda en casa y tiene mucho tiempo para leer y estar pendiente de los diferentes medios de información.

Sea cual sea la postura y opinión personal, hay un elemento que ninguno podemos dejar de lado: el covid-19 es real, la crisis sanitaria está en todo el mundo y cualquiera de nosotros puede contagiarse y morir.

En momentos como el actual es fundamental ser tolerantes y receptivos, actuar con solidaridad y entender que enfrentamos a un enemigo que ha puesto contra las cuerdas a todas las potencias mundiales.

No perdamos la cordura, nuestro mejor refugio y la mejor protección está en la casa.

posdata

Diez países concentran 80% de los casos detectados de covid-19; hasta el momento se registran más de un millón 200 mil de enfermos y más de 60 mil muertos. Cuatro expertos médicos que han analizado las situaciones de Irán, España y China, explicaron a El Universal en qué acertaron y en qué fallaron.

“Nunca se empieza por muertos, siempre hay casos antes y la pregunta es si podían saber que había casos en el país. Después de las muertes comenzaron entre las autoridades políticas y las sanitarias a discutir si ponían o no la ciudad de Qom (Irán) en cuarentena, pero entonces hubo un gran retraso a la hora de tomar medidas y cuando las tomaron fueron tibias”.
“Todo depende de la actitud del gobierno. También Italia, Estados Unidos y España no se lo tomaron en serio; durante semanas pasaron del tema, no vieron el contagio comunitario y mira cómo están”
“Se comenzó con una estrategia de contención, identificando y diagnosticando los casos y dando medias de aislamiento a los sospechosos, pronto hubo que pasar a una estrategia de mitigación, básicamente tratar que la intensidad de la transmisión no generase casos suficientes que desbordasen los servicios de salud”
“Dada la letalidad de la enfermedad y su capacidad de contagio, la no adopción de medidas un poco más estrictas de las inicialmente previstas en cada país pudo conducir al desbordamiento de sus servicios sanitarios; sí se podían haber hecho mejores cosas en preparación y respuesta”.
“Los países que consiguieron una excelente contención, circunscribiendo los casos a grupos reducidos de población, tendrán que enfrentarse en algún momento a si vuelven a la rutina, a la posibilidad de que nuevos casos aparezcan”
“En nuestro estudio encontramos que en China se implementaron las restricciones a viajar tres semanas después que hubiera [positivos], lo que fue demasiado tarde para contener el brote en Wuhan; Ahora sabemos que para que los cierres sean efectivos, éstos tienen que hacerse mucho antes. Una vez que hay transmisión local en varios puntos, lo importante es guardar la distancia física y social, hacer pruebas y rastrear los casos”.
En su estudio usaron datos de geolocalización de celulares y los combinaron con las bases de datos del Open Covid-19 Data Working Group. Con esto vieron que la transmisión local entre personas se dio mucho antes de los brotes y sólo pudo ser mitigada por medidas de control drásticas que, teniendo en cuenta los periodos de incubación de cinco a 14 días, no mostraban resultados hasta después de una semana de ser implementadas.
La mayor parte de los gobiernos adoptaron una actitud de “esperar a ver qué ocurre”, lo que puede ser fatal, como se ha visto en el caso de varios estados. Como ejemplo de buenas prácticas, únicamente destaca tres naciones, Singapur, Corea del Sur y la antigua colonia del Reino Unido ahora Región Administrativa Especial de China: Hong Kong.
Hong Kong logró suprimir la propagación por dos razones. “Identificamos casi todos los casos mediante pruebas, hasta los leves, seguido de aislamiento para los positivos y cuarentena de sus contactos cercanos; luego moderamos la distancia social, con la gente trabajando desde casa, cerrando escuelas, mejorando la higiene y haciendo que todo el mundo lleve cubrebocas”.
Como recomendación para las autoridades mexicanas, dice que construir hospitales de campaña para tratar los casos ayudaría a alejar a esos enfermos de los hospitales normales.

nota

En momentos críticos como los actuales, las autoridades deben informar bien y a cada momento. La situación que vivimos es compleja desde todos los ángulos, pega en la salud, en la economía, en el estado de ánimo y afectará el futuro de todos.

Precisamente por ello los tres niveles de gobierno deben cuidar no dejar vacíos informativos, ni dar pie a especulaciones. Las redes sociales son un buen canal de información, pero no sirven para informar adecuada y correctamente a los ciudadanos, porque mucho de lo que ahí se cuenta es mentira.

Hay que informar bien, hacerlo a tiempo y por canales confiables.

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Políticamente hablando ¿Quién pagará los platos rotos de la pandemia?

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La pandemia no hizo mella en el presidente de México; menos aún el desesperado llamado del subsecretario de salud para que todos nos quedemos en casa. Andrés Manuel López Obrador sigue organizando giras, eventos y hasta un informe.

Es claro que a él, el covid-19 le cayó “como anillo al dedo”.

Comentarios para una columna optimista:

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