Algunos diputados quieren desechar lo antes posible la solicitud de juicio político; es una orden del gobernador. Los votos para hacerlo aún no se juntan y difícilmente se tendrán antes de que concluya esta semana. Es obvio que el juicio político contra Graco Ramírez no va a proceder, pero es absurdo tratar de desechar en fast track la petición. Estratégicamente lo mejor es darle trámite al documento y permitir con ello que la presión social encuentre una salida. Descartar la solicitud pondría muy feliz a Graco, pero sometería al Congreso y a sus integrantes a un desgaste social muy alto. Darle trámite al juicio político no representa que al final se destituirá al gobernador (eso nunca ha sucedido en México); iniciar el proceso tampoco implica validar las acusaciones, simplemente representa comenzar a analizar las pruebas sin que ello implique darlas por buenas de ningún modo. Tener un juicio político es incómodo para el gobernador; indiscutiblemente para un hombre con el carácter de Graco mantener vivo un asunto sí es ofensivo, aunque se sepa que todo se tiene bajo control. Desechar el documento es una demanda específica del tabasqueño y una orden directa para quienes sirven a sus intereses. Habrá que ver que sigue en esta historia legislativa y hasta donde los diputados se siguen apantallando por amenazas que nunca se van a cumplir. Lo peor que le puede suceder hoy a un político es que le llamen graquista. ¡Es la muerte electoral! (Regional/ Serpients y escaleras/ Eolo Pacheco/http://elregional.com.mx/Noticias/?id=77654).