Que quienes fueron ayer protagonistas de las marchas y bloqueos de la CNTE no fueron solo los maestros disidentes, sino líderes de Morena, como Ricardo Monreal, jefe delegacional en Cuauhtémoc, presente en los actos, y los legisladores Renato Molina Arias y Ernestina Godoy.
El diputado federal de hecho encaró a los granaderos que custodiaban la manifestación, mientras que la pariente de Julio César Godoy, prófugo desde 2010 con acusaciones de crimen organizado, promovió desde sus redes sociales los bloqueos.
Alberto Vanegas Arenas, consejero nacional de Morena en la delegación Tlalpan y cercano a la jefa de la demarcación, Claudia Sheinbaum, organizó a su vez cierres de escuelas y movilización de despensas a participantes en las protestas.
:Que en tremendo lío se metió la presidenta de la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados, la perredista Hortensia Aragón, quien recibió a un grupo de la CNTE que le solicitó un encuentro.
El problema es que la legisladora chihuahuense hizo uso de instalaciones de la comisión, sin aval y mucho menos conocimiento de los demás integrantes. Los reclamos vinieron sobre todo de la priista Martha Hilda González y de Carlos Gutiérrez, de Nueva Alianza.
Aragón alegó en su defensa que de no haberlos recibido hubiera ocasionado un problema con la disidencia magisterial y aclaró que fue en calidad de titular de la comisión y no como perredista.
:Que al jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, parecen no haberle caído muy bien las críticas por su viaje de 30 metros en taxi, pues hoy al descender del Gran Avión CdMx de Aeroméxico aclaró que subió para ver las pantallas donde se transmitirán cápsulas promocionales sobre la capital, para que luego no vayan a decir que llegó en esa aeronave al evento.
:Que ayer presentaron fallas los helicópteros Súper Puma y MI17 de la Fuerza Aérea, los cuales transportan a los reporteros que cubren las actividades del presidente Enrique Peña Nieto.
Ya para regresar a la Ciudad de México, de San Luis Potosí, la primera aeronave se ladeó en dos ocasiones en el despegue, e incluso hubo quien pensó que se había atorado con una regla de metal que dividía la zona donde se colocaron los aparatos. El otro subió unos metros y enseguida descendió mientras los mecánicos se hacían señas por aparente falla de motor.