Día 37: don Julio y las portadas de Proceso
En 2003, Julio Scherer García recibió del Consejo Ciudadano del Premio Nacional de Periodismo un reconocimiento a su trayectoria.
No le encantaban los discursos ni ese tipo de eventos, pero aquel día leyó unas cuartillas. Y dedicó unos párrafos a las portadas de Proceso.
“El mundo se ha endurecido y pienso que el periodismo habrá de endurecerse para mantenerse fiel a la realidad, su espejo insobornable Si los ríos se enrojecen y se extienden los valles poblados de cadáveres víctimas del hambre y la enfermedad, así habrá que contarlo con la imagen y la palabra. Muchos no lo consideran así. En estos días he escuchado censuras por la manera como Proceso hizo sentir el escalofrío que nos llegó desde Irak. Cito un ejemplo:
“Mis compañeros fijaron en la portada de la revista un cuadro bello y terrible. Se trata de una niña que parece soñar, apacible el rostro, pero su cuerpo está incompleto. Sin los pies, las piernas inútiles llevan metafóricamente a la pesadilla. Personas cercanas, algunas muy queridas, me dijeron que nos entregábamos al morbo, a la seducción del horror, a la enfermedad amarilla. El mundo es más que “eso”, reclamó una de ellas. Por supuesto que el mundo es más que “eso”, repuse; es el amor con mayúsculas, la sensualidad también con mayúsculas, la creación incesante, el bienestar ganado a pulso, la dicha que anda por ahí y habrá que atraparla, la muerte benévola. Pero subrayé que en el momento de la masacre en Irak, el mundo era sólo “eso”, la niña cercenada. Traje a cuento la inocencia de un pequeño judío polaco que levanta los brazos frente a los SS de Hitler; recordé a la vietnamita que huye del Napalm, desnudo su cuerpo infantil y desnudo su pavor argumenté que fotografías cómo éstas caracterizan una época y que a la criatura de nuestra portada le estaba reservado igual destino”.
Eran tiempos del gobierno de Vicente Fox, al que dedicó aquel día varias y duras palabras.
Don Julio terminó su discurso así:
“Me parece que el presidente se excede en su confianza por el embrujo de la televisión. Me duele decirlo: un gobierno que se valora por su imagen, es un gobierno frívolo. Pesadas tareas nos esperan a los periodistas. Esta es nuestra pasión”.
@puigcarlos