Día 38: ni las casas escuelas, ni los papás maestros
Ayer tuve una conversación con Alexandra Zapata y Manuel Gil Antón, conocedores del asunto educativo, sobre la situación que viven los estudiantes de todo el país. Van citas de ambos:
Zapata: “Frente a los desafíos que tiene nuestro sistema educativo viene otro que complica todavía más el aprendizaje: más de un mes de clases en el hogar con padres de familia que no tienen ni la vocación, ni las capacidades, ni la paciencia, para educar a niños en sus hogares y lo primero sería reconocer todos los desafíos que eso implica”.
Gil Antón: “Yo creo que una de las cuestiones más conmovedoras que tiene el país, por su desigualdad, que más o menos en el 40 por ciento de las casas los niños que están en la primaria tienen más escuela que sus padres y por eso sí pienso qué hemos cometido un error: no es posible la escuela en casa. Es posible aprender en casa, pero trasladar la institución escuela a la institución casa es verdaderamente una pretensión absolutamente demagógica”.
Zapata: “Estamos dejando fuera la ansiedad por pérdida de ingresos y de empleos estamos dejando fuera el miedo al virus y el estado de salud de la familia, estamos dejando fuera el manejo de ansiedad y cómo ha crecido la violencia, incluida la doméstica, en el país; entonces, si esto normalmente es complicado, ahora viene con un reto gigante. Y tampoco estamos recibiendo en nuestros hogares la información para lidiar socioemocionalmente”.
Gil Antón: “No podemos trasladar la escuela a la casa entre otras cosas porque la escuela lo que nos da son los otros. La familia es otra forma de relación. Si tuviésemos imaginación pedagógica creo que sí podríamos conseguir una hora de aprendizaje entre todos. Los chiquitos están viendo un vídeo les hacen 5 preguntas, las escriben, las ponen en un fólder de “experiencias” y van a llegar con su fólder de experiencias, pero los maestros, siguiendo su tradición, quieren estar cerca… y les mandan hacer treinta páginas de “mi mamá me mima”, y el de matemáticas treinta sumas, en la casa, en un ladito de la mesa del comedor. Lo que hacemos es atarear y atolondrar a los niños…con tareas”.
Y terminó Manuel con una propuesta: qué tal si a los niños de secundaria les propusiéramos para este mes, leer a Rulfo, y después a García Márquez, y hay autores para todas las edades. O guiar qué películas ver.
Llegarían diferentes cuando vuelvan.
@puigcarlos