Tiempos violentos
Los problemas sociales no se resuelven con videos en Facebook.
El covid-19 ha provocado cambios muy serios en todo el mundo, empezando por un aislamiento generalizado y la recesión mundial. Los efectos de la pandemia también impactan otros aspectos de nuestra vida: han hecho surgir lo mejor y lo peor de la sociedad, muestran la valentía de distintos sectores, empezando por los trabajadores de salud y de limpieza, la nobleza de mucha gente, pero también la perversidad de quienes lucran con la tragedia. Pelearnos entre nosotros es lo peor en tiempos de crisis.
Morelos junto con Querétaro y San Luis Potosí son tres entidades en las que no se están siguiendo correctamente las medidas de aislamiento y sana distancia; los estudios de movilidad exponen que apenas un 40 por ciento de los ciudadanos de estos tres estados se han resguardado como una medida preventiva para frenar la curva de contagios del covid-19, lo cual nos convierte en un foco rojo en materia de infecciones y enfermedades.
Municipios como Cuautla y Jiutepec serán puntos críticos debido a que en esas comunidades las medidas asumidas por las autoridades van un paso atrás y sobre todo, porque los ciudadanos no están siguiendo las recomendaciones. La incredulidad y torpeza de la gente provoca un repunte de casos positivos y un panorama que puede volverse muy complicado, porque si el número de enfermos aumenta, el sistema hospitalario quedará rebasado y los recursos materiales y humanos serán insuficientes.
En este contexto surge un elemento más que provoca tensión y resta eficiencia a la lucha contra la pandemia: el protagonismo. Hay personajes de la vida pública que intentan llamar la atención para regresar al poder, reparten víveres y material sanitario con su nombre, presumen su generosidad con la intención de obtener ganancia política o encienden las redes sociales con videos mostrándose como salvadores en tiempos de caos. Los últimos son los peores.
En este caso me llama la atención la postura asumida por el diputado local independiente José Casas González, un personaje con una historia de altibajos en la vida pública cuyo paso por el poder legislativo local ha estado lleno de escándalos y momentos penosos. En otro tiempo Casas fue priísta, compitió por las siglas de ese partido y perdió; luego lo hizo bajo el cobijo del partido Verde y otros más hasta que Morena lo arropó y llevó al congreso. Unos meses después de haber asumido el cargo José Casas renunció a Morena y se fue con el PT de Tania Valentina, con quien unas semanas después también rompió.
En un año el legislador Casas González ha estado envuelto en escándalos que van desde su probable complicidad con grupos de la delincuencia organizada hasta un penoso momento en el cual agredió verbalmente a las mujeres de su legislatura. Al inicio de la pandemia emprendió una campaña de sanitización con un producto “milagro” hasta que las autoridades municipales y un equipo técnico-científico lo expusieron por la farsa que representaban sus acciones.
El fin de semana pasado José Casas volvió a la carga: se apersonó en las instalaciones del Hospital General José G. Parres de Cuernavaca portando una máscara industrial y unos goggles, grabó con su teléfono celular varias imágenes y narró lo que a su parecer era un muy serio problema de operatividad en el nosocomio más importante de la capital. “Con la salud no Cuau”, dijo el diputado en un video de Facebook al tiempo de solicitar la destitución del secretario de salud por poner en riesgo la vida de miles de personas.
Puedo suponer que las acciones del legislador en lo que se refiere al covid-19 son de buena fe e imagino que sus yerros son producto de su ignorancia; aún así en momentos tan complejos como los actuales José Casas debería ser más prudente en su actuación y sensato en sus acciones. Explico:
Sin ser médico ni especialista en el tema ni haber ingresado a un área covid-19, el diputado enumeró lo que a su parecer son serias fallas en la operación del Hospital General de Cuernavaca; todo está mal en ese nosocomio, según Casas, y el riesgo de contagio es casi tan alto como su protagonismo. Después de que se publicada el video salió el secretario de salud y refutó sus dichos, reconoció que en un punto expuesto por el diputado hay razón, pero aclaró que en general se opera conforme a la norma y cuidando de manera especial la integridad del personal de salud.
Personalmente no tengo certeza de que lo dicho por una y otra parte sea cierto, pero me queda claro que el camino utilizado por el legislador no es el correcto y la manera como planteó el problema tuvo más interés por ganar likes que en resolver la situación. Como legislador José Casas tiene acceso directo al gobernador y a todos los secretarios del estado, es parte de los aliados políticos de Cuauhtémoc Blanco y desde hace meses defiende sus intereses en la cámara de diputados.
Si el problema en el Hospital Parres es tan grave como lo expone y su deseo es que la situación cambie, lo más adecuado era que el legislador llamara directamente al gobernador para expresarle el tema y pedirle que tomara cartas en el asunto. En ese arrebato protagónico, Casas González dio voz a un camillero que, según las autoridades de salud, recientemente fue despedido por acoso.
Reitero: no tengo elementos para validar ninguna de las dos versiones, pero me parece claro que en un momento tan delicado como el que estamos viviendo, encender los ánimos provocando un ambiente de pánico lo único que generará será que la situación se complique más para todos.
José Casas no es un ciudadano cualquiera, es un representante popular con acceso directo al gobernador, a los delegados federales, a los secretarios de despacho y a todos los alcaldes; incluso puede acceder a funcionarios federales o como lo han hecho en otro momento, tocar la puerta del presidente de México; su condición de diputado le permite ir más allá de una denuncia en redes sociales, tiene los elementos para hacer que las cosas cambien y debería usarlos en vez de mostrarse como un YouTuber más.
La pandemia nos coloca a todos en una situación extraordinaria: resguardados en nuestras casas, enfrentando una muy severa crisis económica, con miedo a un virus que aún no tiene cura y dependiendo unos de otros para evitar la propagación de la enfermedad. Es evidente que los recursos con los que cuenta el estado no alcanzarán para paliar el daño causado por el coronavirus y que la estabilidad del sistema de salud mexicano es sumamente frágil; precisamente por ello todos, empezando por los actores de poder, debe ser responsables en su actuar y cuidadosos de sus palabras para no causar un ambiente de miedo o ira colectiva.
Sí el Hospital General de Cuernavaca está operando de manera incorrecta y se expone al personal, a los pacientes, a las familias y a toda la comunidad, se debe hacer algo, se tienen que tomar decisiones inmediatas y corregir las fallas; si el legislador Casas González detectó un mal funcionamiento y tiene las pruebas de ello, lo prudente es acudir a quien toma las decisiones para que las cosas cambien, no armar un show para ganar menciones en redes sociales y proyectar su carrera política.
La pandemia nos obliga a todos a actuar con mesura, a ser más empáticos con los demás y a entender la gravedad del tema para actuar de forma responsable y no provocar escenarios de caos a la de por si difícil situación que deja el coronavirus.
Si José Casas quería llegar al gobernador y pedirle la cabeza de un secretario pudo hacerlo con una simple llamada telefónica; si lo que buscaba era llamar la atención con un espectáculo mediático, mejor que le pida trabajo al payaso del zócalo.
Las crisis no se resuelven a través de las benditas redes sociales. Pregúntenle a López Obrador.
posdata
Las cifras detalladas del avance del covid-19 nos permiten observar con precisión la manera como se está comportando el virus en Morelos. Veamos:
Hasta ayer se habían confirmado 249 casos de coronavirus covid-19 y 30 defunciones; en 24 horas hubo 40 nuevos casos positivos y dos fallecidos.
Los nuevos pacientes son 12 mujeres de Emiliano Zapata, Cuernavaca, Cuautla, Puente de Ixtla, Yautepec y Xochitepec; 7 de ellas se encuentran en aislamiento domiciliario, 5 están hospitalizadas, 4 graves y una no grave. Y 28 hombres de Ocuituco, Zacatepec, Cuautla, Emiliano Zapata, Tlaquiltenango, Jiutepec, Yecapixtla, Tepalcingo, Huitzilac, Tepoztlán, Cuernavaca, Yautepec y Jojutla; 9 mantienen aislamiento domiciliario, 15 están hospitalizados reportados graves y 4 como no graves.
Las nuevas defunciones se registraron en un varón de 57 años residente de Cuernavaca con diabetes mellitus e hipertensión y un masculino de 60 de Ocuituco que presentaba como comorbilidades diabetes mellitus, hipertensión y enfermedad cardíaca.
De los 249 casos confirmados, 12 por ciento ya están recuperados, 35 están en aislamiento domiciliario, 41 en hospitalización y un 12 por ciento ha perdido la vida.
Los casos confirmados se encuentran en Cuernavaca, 98; Cuautla, 26; Temixco, 17; Jiutepec, 15; Emiliano Zapata, 11; Ocuituco y Yautepec, 7; Jojutla y Puente de Ixtla, 6; Atlatlahucan, Ayala, Yecapixtla y Tetela del Volcán, 5;Tlaltizapán, Tepalcingo y Xochitepec, 4; Miacatlán, Tlaquiltenango, Zacatepec y Tepoztlán, 3; Mazatepec, Coatlán el Río, Tetecala y Huitzilac, 2; Totolapan y Tlalnepantla, 1; otros estados, 2.
Así está el mapa del covid-19 en Morelos; las cifras cambian cada día y lamentablemente, según las proyecciones oficiales, vienen tiempos difíciles en donde los casos y las defunciones crecerán de manera acelerada.
El panorama es complejo y la mejor medida para estar seguros es quedarse en casa y seguir las indicaciones de higiene y sana distancia.
Eso y no hacer caso de fake news, de personajes incendiarios o caer en la incredulidad.
El problema es muy serio y como tal debemos tomarlo.
Lo peor apenas viene.
nota
Por cierto, personal de mantenimiento del Congreso de Morelos denuncia que los obligan a realizar su trabajo sin ningún tipo de protección, exponiéndolos al contagio. ¿Por qué en ese caso no ha dicho nada el legislador José Casas?
post it
Héctor de Mauleón escribió ayer en su columna de El Universal un interesante artículo titulado “La guerra de El Señorón”; hace un análisis del reacomodo de piezas en el escenario delincuencial morelense y los posibles vínculos de este personaje.
El columnista detalla la historia desde la caída de Arturo Beltrán Leyva y Santiago Mazari y la presencia de distintos cárteles como Los Rojos, Guerreros Unidos, la Familia Michoacana y Jalisco Nueva Generación, así como las situaciones que se han vivido recientemente con la ejecución de diversos personajes, algunos casi niños, ligados a grupos delictivos locales, como el de Abel Maya.
El Señorón es precisamente el personaje al que se adjudica la reciente entrega de despensas a familias y trabajadores del servicio público del transporte en Cuernavaca. Este hombre, sostiene Héctor De Mauleón, podría ser un sujeto conocido como El Frank o El Colombiano o alguno de los miembros de los Agüero de Jiutepec, personajes que tuvieron vínculos con el PRD.
Es interesante lo que escribe Héctor de Mauleón a propósito de ese nuevo actor que surge en el escenario morelense. Sería bueno que los marinos que tienen a su cargo la seguridad del estado leyeran esa columna, para que se enteraran al menos de algo de lo que ocurre cotidianamente frente a sus ojos.
redes sociales
Escuchando las recientes declaraciones del presidente municipal de Cuernavaca parece que nuevamente hay distanciamiento entre él y el gobernador Cuauhtémoc Blanco. ¿Y si dejaran el pleito o los malos entendidos hasta que haya pasado la crisis del covid-19?
Comentarios para una columna optimista:
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