Mujeres, mujeres, mujeres
Con “abrazo de un no seguidor que lo lee”, Eduardo López Arellano dice: “No comparto con usted casi ninguna de sus ideas. Pertenece usted al círculo de personas que les podrían decir que construyan un ensayo hablando bien de Hitler y lo lograrían (que sus convicciones lo permitan es otro cuento). Por poner una analogía, usted podría refutar a alguien que dijera que está oscuro diciendo que no hay oscuridad sino ausencia de luz...”.
El buleo es a propósito de El asalto… del viernes con el exitoso manejo de la pandemia que hicieron siete mujeres que gobiernan, tomado de un video de Adela Micha.
“Los países a los que hace alusión son relativamente fáciles de controlar sanitariamente hablando: Nueva Zelanda, aislado y lejano; Corea, mar, y mar de asfalto inexpugnable por el norte; Taiwán, con mar por todos lados; Islandia lejano, y los otros países vikingos destacan por su poca población y su importante nivel cultural”, escribe. “No son comparables con la inmensa mayoría del resto del mundo”.
Con excepción de Alemania, con poco más de 83 millones de habitantes; Corea, 51 millones 700 mil, y Taiwan, 24 millones, su inquietud aplica todo con Islandia (solo 365,000), porque Nueva Zelanda, Noruega y Dinamarca tienen casi cinco millones, cinco millones 370 mil y cinco millones 806 mil habitantes cada uno. La población de los siete suma 175 millones 241 mil. Siete millones más tiene Bangladesh (gobernada por la señora Sheikh Hasina), donde únicamente han muerto 175 por Covid-19), pero 28 millones 529 mil más que la Rusia del macho Putin, donde los decesos por el nuevo bicho son casi mil 250.
Gracias a Rosa Leticia Scherman Leaño (“le ruego lo corrija, es necesario darle crédito a quien lo merece e informar con exactitud”) y Germán Martínez Martínez, aclaro: la premier de Dinamarca ya no es Helle Thorning-Schmidt sino Mette Frederiksen (el error es mío, no de Adela).
Elucubrador, López Arellano piensa que puedo darle “un sesgo favorable a cualquier tema que elija”. Dice que mi coco no está a discusión (“le llamaría quizás inteligencia selectiva”) y desliza una buena ironía: “Con respeto, se vale discrepar. Y a propósito, comeré unas ricas crepas de cajeta a su salud…”.
Un misógino que padece Alzheimer, Miguel Mercado, a quien le contrarió eso de que las mujeres gobiernan mejor, quiso agraviarme: “Hasta en el covid-19 me acuerdo de mis hijitos bastardos. ¿Come stai?”. Espero alguien se asegure de que el pacientito, por grave que esté, al menos cumpla con la manutención de su desdichada prole.
Marco Aurelio González Gama recuerda que ha “tenido controversias contigo, como cuando defendiste a capa y espada la falta de responsabilidad del extinto ex director general del IMSS, Juan Molinar Horcasitas en la tragedia de la guardería ABC”, pero celebra mis textos recientes. “Nada más abono la idea de que el éxito de las damas que mencionas en la gestión de la crisis en sus países solo se puede atribuir a una cosa: ¡liderazgo! Es la gran diferencia, diría yo…”