Día 45: pretender aprender o una propuesta viable
En medio de estas muchas y largas semanas, atentos a los números y el “modelo”, y las innumerables conferencias de la mañana, a las 6, a las 7 y a las 8 de la tarde más las que se acumulen; creo que hay un tema, uno más, que tendrá consecuencias imprevistas y que ahora mismo está causando más de un problema —seré generoso— en las casas donde todos debemos quedarnos: el cierre de escuelas y la educación a distancia. Porque podría ser que en junio se abran muchas cosas y no las escuelas.
La semana pasada reproduje aquí lo que me dijo Manuel Gil Antón: las casas no son escuelas ni los papás maestros.
Ayer, en Botepronto, la doctora Blanca Heredia añadió algo que me parece fundamental: los niños tampoco quieren que sus papás sean los maestros.
La cito: “Tenemos que ser claros: esto no se trata de transición a alguna modalidad de educación a distancia, estamos hablando de educación a distancia en condición de emergencia; esto hace una enorme diferencia. Estamos en medio de una crisis global que está afectado nuestras vidas 360 grados; la vida de las familias de la misma manera… Para los niños y para los jóvenes el confinamiento, tener que aprender o pretender aprender en casa, también puede generar muchas tensiones; hay desde luego una enorme variedad de situaciones pero, en términos generales, para el caso mexicano conociendo todos nosotros las características de la población podemos suponer que una gran mayoría de familias lo estén pasando realmente mal.”
Y la doctora Heredia tiene una propuesta: “Una de las cosas que más me sorprende en México y en otros países, hasta donde he averiguado porque no hay muchos datos, es que se han mantenido los programas curriculares más o menos intactos; como si esta transición, en emergencia, no afectará profundamente, no fuera disruptiva y haga imposible de cumplir un plan de estudios que como en el caso de México está atiborrado de información, tareas y objetos de aprendizaje que tienen, supuestamente que adquirir los estudiantes”.
Qué tal, propone, si al menos con los chicos de secundaria y preparatoria nos concentráramos en estos días en dos aspectos en los que llevamos años saliendo mal en todas las pruebas estandarizadas nacionales e internacionales: Lectura, comprensión de lectura; y aritmética y matemáticas.
Pues sí, creo que Blanca tiene razón.
@puigcarlos