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TEMPLO MAYOR

TAL VEZ en Palacio Nacional deban contratar una médium, pues el gabinete se ha vuelto un fantasma.

No es que hagan mucha falta, pero resulta notoria la ausencia de personajes como Alfonso Romo, Javier Jiménez Espriú, Olga Sánchez Cordero o Miguel Torruco.

SERÍA entendible que resguardándose del Covid-19, pero resulta inexplicable que hayan desaparecido por completo de la escena política.

Ni modo que no tengan una buena conexión de Internet para asomarse, de vez en cuando, a alguna videoconferencia.

EN EL CASO de Romo justo ahora es cuando los empresarios que creyeron en México e invirtieron en energías limpias están buscando una puerta de acceso a la Presidencia.

Y como no la encuentran, ya se prepara una fuerte ofensiva legal contra el atropello de la Cenace.

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ABRÓCHENSE los cinturones y ajústense los cubrebocas porque ya comenzó lo que se espera sea la peor etapa de la pandemia.

El problema es que nadie, empezando por las autoridades, sabe realmente cuánto va a durar.

Y TODO porque la orquesta del Gobierno federal, bajo la batuta de Hugo López-Gatell, está tocando sin partitura y, más bien, improvisando, ante la falta de información y datos confiables por parte del subsecretario.

CUATRO mandatarios estatales han tenido que tomar decisiones fuertes ante el vacío federal: Claudia Sheinbaum, Enrique Alfaro, Alfredo del Mazo y Adán Augusto Adame.

En la Ciudad de México se lleva un conteo propio de contagios; en Jalisco se aplican medidas drásticas para el distanciamiento social; en el Edomex están enfocados en contener los brotes de la zona conurbada y en Tabasco de plano se decretó un paro total para este fin de semana.

¡Y lo que falta!

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SERÍA BUENO preguntarle a Andrés Manuel López Obrador qué entiende por humanismo, porque un Presidente humanista se preocuparía por frenar la violencia en casa contra las mujeres (que se ha cuadruplicado con la cuarentena), en lugar de negarla.

HUMANISTA sería, por ejemplo, pensar en las próximas generaciones y no sólo en un sexenio, promoviendo el desarrollo de energías limpias en lugar de apagarlas para darle vida artificial -con un diablito legal- a la CFE.

¿Qué será más humanista?

¿Promover más molinos de viento y paneles solares o fomentar un monopolio caro, ineficiente y contaminante?

NO HAY humanista que pregone la polarización social como vía para lograr una mejor sociedad.

Nadie recuerda a Gandhi diciéndoles a los ingleses:

“No somos iguales; eso calienta. No me gustan sus moditos”.

AHORA QUE si el Presidente habla de un gobierno humanista porque errar es de humanos, pues entonces ni quién le discuta nada.

Ámbito: 
Nacional