Día 51: un vistazo a la futura tragedia
El Consejo Nacional para la Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) dio a conocer ayer el documento “La política social en el contexto del COVID-19 en México”.
Las noticias desde una de las instituciones más serias del Estado mexicano no son nada buenas. Nada.
Con base en dos escenarios, una caída generalizada en el ingreso equivalente a 5 por ciento y una reducción más pronunciada para los hogares en pobreza urbana, estos son los resultados del estudio:
En ambos escenarios, el total de personas en situación de pobreza por ingresos se incrementa entre 8.9 y 9.8 millones de personas. El número total de personas en situación de pobreza extrema por ingresos se incrementa entre 6.1 y 10.7 millones de personas.
La estimación del Coneval sobre la pobreza laboral, es decir, la población que no podría adquirir una canasta alimentaria con su ingreso laboral sería de 37.3 a 45.8 por ciento en el segundo trimestre del 2020.
Además de los posibles efectos en la pobreza, dice el estudio, es necesario considerar que un sector de la población que deberá afrontar esta pandemia con mayores desventajas son las mujeres.
El Coneval analizó los 38 programas prioritarios establecidos en el decreto del 23 de abril y concluyó que: “Ninguno de los programas se dirige explícitamente a la población en situación de pobreza, de acuerdo con la medición del Coneval, aunque podría coincidir con la priorización territorial aplicada por varios de los programas. Se espera que los mayores efectos adversos de la pandemia sean en las zonas urbanas. Hasta el momento ninguna acción está dirigida la población que perdió su empleo a raíz de la emergencia sanitaria. Algunas de las medidas anunciadas por el Gobierno Federal, podrían ser insuficientes para llegar a toda la población que se verá afectada”.
El Coneval también hace una estimación de los recursos necesarios para ampliar la cobertura de los apoyos y en un par de escenarios calcula un costo de entre 0.82 y 1.2 por ciento del PIB a lo que habría que sumarle el costo operativo que debe incluir, por fin, un padrón real de beneficiarios de los programas actuales.
Negro el panorama. Mal inicio de semana.
@puigcarlos