México reanudará sus actividades de manera escalonada en los siguientes días, sin embargo, la medida genera dudas sobre si el país está listo para volver a su rutina, ya que no hay pruebas de que existan condiciones para hacerlo, lo que podría ocasionar que aumenten los contagios o que surjan nuevos
México se alista para poner fin a las medidas de confinamiento. Con esto, millones de personas saldrán de casa y retomarán sus vidas, mientras que las empresas levantarán la cortina y echarán a andar de nuevo la maquinaria de la economía.
No obstante, el anuncio del regreso a la nueva normalidad, como lo llama el Gobierno federal, se da en un momento en que la curva está lejos de aplanarse, pues los casos de Covid-19 y el número de decesos van en aumento.
Los números no mienten: ayer 13 de mayo la cifra de personas contagiadas se ubicó en 40 mil 186, además se reportaron 24 mil 856 casos sospechosos y 4 mil 220 fallecimientos.
La política del regreso al trabajo tiene como objetivo reanudar la producción económica del país y se alinea con la de otros gobiernos en todo el mundo, pero en el caso de México surgen inquietudes, dado que los datos de la Secretaría de Salud (SSa) evidencian que aún no existen condiciones para hacerlo, al menos durante los siguientes días.
El plan de reapertura de las actividades sociales, educativas y económicas anunciado por la Secretaría de Economía (SE) contempla tres etapas.
La primera iniciará el 18 de mayo, la segunda se realizará del 18 al 31 del mismo mes, y la tercera arrancará el 1 de junio, cuando termina la Jornada Nacional de Sana Distancia.
En la primera etapa se hará la reapertura de los llamados “municipios de la esperanza”, aproximadamente 269 en 15 estados, donde no se tienen reportes de contagios y tampoco colindan con entidades de alto riesgo.
Por ahora, no es posible saber cuáles son los municipios contemplados en esta fase, aunque la SE informó que los detalles se darán a conocer más adelante.
Para la segunda etapa, que es la de preparación, se capacitará durante 14 días a los trabajadores con el objetivo de que se les garantice un ambiente laboral seguro, debido a que las organizaciones tendrán que adecuar sus espacios al instalar filtros de ingreso, así como activar mecanismos de sanitización e higiene.
“Las empresas tendrán que hacer protocolos; nosotros tendremos que saber exactamente qué hacer en cada momento de la nueva normalidad”, aseguró Graciela Márquez Colín, titular de SE, en la conferencia matutina del miércoles.
En la tercera y última etapa, la SE en coordinación con otras dependencias implementará un sistema de semáforo por regiones con cuatro colores (rojo, naranja, amarillo y verde) y cinco categorías que se dividirán en medidas de salud pública y de trabajo; actividades laborales esenciales y no esenciales; espacio público abierto y cerrado; personas vulnerables, y escolares.
Esto quiere decir que cuando el semáforo se encuentre en rojo, o en el máximo nivel de alerta sanitaria, solo se reanudarán las actividades esenciales, como la minería, construcción y fabricación de equipo de transporte. Para cuando cambie a verde se hará la reactivación de actividades escolares, sociales y de esparcimiento.
Víctor Gómez Ayala, subdirector de análisis económico de Casa de Bolsa Finamex, considera prematuro el anuncio del gobierno, ya que aún no queda clara cuál es la cifra real de contagios y fallecimientos para que con base en eso se puedan relajar las restricciones sanitarias.
“Por ahora no se dispone de la información necesaria para hacer una evaluación adecuada sobre si es el momento oportuno para abrir la economía y esto tiene que ver con la falta de pruebas que se han realizado entre la población”, precisa el también profesor del ITAM.
¿Economía o salud?
La pandemia provocará que el Producto Interno Bruto (PIB) de todo el mundo se desplome durante este año por las afectaciones a la liquidez de las empresas y los ingresos de las familias.
México no estará exento de esta situación. A la fecha 6 millones 269 mil 309 negocios y 35 millones 463 mil 625 empleados han sido afectados a nivel nacional por la pandemia, revela un análisis del Laboratorio de Análisis en Comercio, Economía y Negocios (LACEN)
Del total de las unidades económicas, un 46.7 por ciento corresponden al sector comercio, 39.1 por ciento a los servicios (privados, públicos y religiosos), 12.2 por ciento a las manufacturas, y 2.0 por ciento al resto de actividades económicas.
Desde el inicio de la pandemia se creó una disyuntiva entre si se debía priorizar a la economía o a la salud de las personas, pero Sergio Lagunas Puls, profesor investigador titular de la Universidad del Caribe, considera que esto es un falso dilema, ya que la preservación de las vidas humanas debe ser lo más importante para cualquier gobierno.
“Un punto a favor del anuncio del Gobierno federal es que las actividades escolares y académicas las están reservando hasta la última etapa, ya que es un sector de la población que, con esfuerzos, puede ser atendido a la distancia, mientras que las industrias que mueven a la economía comenzarán primero”.