Día 54: regresar será lento y de miedo
No son buenas noticias las que llegan del mundo. Países que habíamos creído que con mayor éxito habían hecho frente a la primera ola del virus han vuelto a sufrir en el momento que relajaron las medidas de confinamiento como Corea del Sur. Y otros, que ya han sufrido suficiente, parecen no haber salido: ayer fue un mal día para Italia y España, quienes comenzaban a explorar la nueva normalidad.
En las próximas semanas y meses nos tocará intentar lo que extrañamente llaman regreso a la “nueva normalidad” y que de normal tendrá muy poco.
El gobierno ha establecido un semáforo que nos dará indicaciones, permisos, por municipios y por estados de qué se puede y qué no se puede hacer. Es voluntario, dicen, para los ciudadanos y para las autoridades estatales, así que no parecen más que guías para aquel que quiera hacerles caso.
Aún así, de algo servirá. Porque a estas alturas y más dentro de unas semanas cuando se haga la cuenta de los muertos y todos sepamos, como hemos ido enterándonos, lo jodido que lo pasaron los infectados con síntomas que han sobrevivido; lo que imperará será el temor. Lo hemos visto en los países que han comenzado a abrir su economía y sus calles y en los estados de EU que se han adelantado; más allá de tener permiso, la cautela manda.
Vacuna y pruebas de inmunidad están lejos de ser una realidad disponible para todos. Y abro un paréntesis para decir que las pruebas serológicas que se ofrecen en WhastApp por un dinerito se pueden convertir en el peor peligro en las próximas semanas por sus altos porcentajes de imprecisión y la falsa seguridad de quien se dejó engañar. Hoy en día y hasta hace poco, en Estados Unidos y en Gran Bretaña se han aprobado pruebas con grados aceptables de precisión y falta un rato para que lleguen a la farmacia de la esquina (ojo: no llegarán con su comadre por el WhatsApp).
Por lo que leo en reportajes serios en varios países, por lo pronto lo único que sirve en el regreso, no importa el color del semáforo es: Higiene, nos tendremos que seguir lavando las manos como si no hubiera nada más que hacer; sana distancia en todo lo que hagamos, uso de cubrebocas fuera de casa y métodos de vigilancia a la entrada de establecimientos y oficinas para detectar contagiados.
No tengo claro que estemos preparados para eso. Lo único que detendrá una segunda ola.
@puigcarlos