LA EFÍMERA CARRERA POLÍTICA DE FIDEL GIMÉNEZ VALDÉS Y SUS LOCAS AMBICIONES POR GOBERNAR CUERNAVACA…
La salida de Fidel Giménez Valdés de la Secretaría de Obras Públicas del gobierno del estado, evidenció los negocios y la campaña anticipada que se hacía al interior de dicha dependencia y que careció de trabajo en los 19 meses que estuvo al frente.
Durante su comparecencia ante el Congreso local, el pasado mes de marzo, el ahora ex servidor público nunca pudo responder a las preguntas de dos diputadas: Tania Valentina Rodríguez Ruiz y Alejandra Flores Espinoza, cuando fue cuestionado de sólo porque realizó obra en Cuernavaca.
Las consecuencias de la irresponsabilidad y excesos de Fidel Giménez Valdés hoy están vistas y está el ejemplo en la no construcción de una la rampa de emergencias sobre la carretera México-Cuautla, que por falta de la misma siguen los accidentes y la pérdida de vidas.
Sin embargo, nunca pudo construir el proyecto ejecutivo requerido por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), a fin de otorgar 82 millones de pesos y concluir con una obra hoy indispensable.
No fue el único reclamo, los presidentes municipales e incluso el de Cuernavaca tuvieron cerrada la puerta de la Secretaría de Obras y jamás tuvieron el apoyo del ex titular del área.
Fidel Giménez Valdés, llegó al gobierno de Cuauhtémoc Blanco con muchas porras por su paso en la delegación de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, dentro de la que pasó también casi inadvertido.
Su “labor” fue supervisar la remodelación de un tramo en la carretera Cuernavaca-Cuautla, sin que hubiera otro proyecto de trabajo importante para el estado de Morelos.
Siempre actuó como gallito, al cerrar la puerta al presidente municipal de Cuernavaca, Antonio Villalobos Adán, al que “bronqueó” sin motivo alguno.
Lejos de vencer al alcalde citadino, obtuvo el rechazo del resto de los ediles del estado, quienes a través del Instituto para el Desarrollo y Fortalecimiento de los Municipios de Morelos, se unieron para reclamar la carencia de apoyos del ex secretario Giménez Valdés.
En la memoria de muchos queda sus constantes reuniones en público y en privado, en medio de comidas y brindis, con los ayudantes municipales de la Ciudad de la Eterna Primavera.
Las autoridades auxiliares aprovecharon la circunstancia a cambio de obtener el bacheo y reencarpetamiento de sus calles mediante la “gestión” del otrora secretario de Obras del estado.
Las gestiones y el “trabajo” provocó que con recursos públicos, iniciará una campaña electoral adelantada en su propósito de ser el candidato del partido Movimiento de Regeneración Nacional a la alcaldía de Cuernavaca.
Fue muy evidente y así fue confesado a los ayudantes municipales en una de sus varias francachelas que sostuvo con éstos, quienes a cambio de algunas prerrogativas prometieron buscar el voto ciudadano.
Sin embargo, Fidel Giménez nunca contó que el alcalde Antonio Villalobos Adán sostendría una reunión con el gobernador Cuauhtémoc Blanco, en la que su principal acuerdo fue trabajar unidos por la capital morelense.
De ahí vino la obra pública en Cuernavaca de manera coordinada entre el ayuntamiento y el Poder Ejecutivo, ya sin tintes electorales y mucho menos intereses personales.
Como el reclamo fue nutrido hacia el abuso de poder que realizó en la Secretaría de Obras Fidel Giménez Valdés, de ahí vino su salida del área y sobre todo porque carecía de una buena relación con sus compañeros secretarios.
De acuerdo a los datos proporcionados por el ex servidor público, al Congreso de Morelos durante su gestión realizó cerca de 300 obras, de las cuales 120 fueron por convocatoria y 180 fueron otorgadas de manera directa.
El informe fue muy parcial y carece de datos, situación que también molestó a los diputados quienes a través de la Dirección Jurídica exigieron proporcionar la información más amplia y precisa. Nunca llegó.
Ya fuera del cargo, la pregunta es: ¿Continuará Fidel Giménez Valdés con su aspiración a ser presidente municipal de Cuernavaca?
Quizá sí, pero ya sin el recurso público y material que sacó de la oficina gubernamental a su cargo, situación que deja a su persona vulnerable en conseguir la candidatura de MORENA.
O tal vez no, porque la herencia familiar no sea suficiente para sufragar una candidatura y los recursos económicos otorgados a los candidatos suelen ser insuficientes, sobre todo en momentos que hay una gran crisis en la entidad.
Cierto es que la familia Giménez Valdés es propietaria de un hotel, pero actualmente ha permanecido cerrado y sus ingresos han sido nulos, aunado a que es un patrimonio de varios.
Es muy probable que dentro de unas semanas nadie suela acordarse de Fidel Giménez Valdés, ni los ayudantes municipales que le rindieron pleitesía a cambio de unos tragos y comida.
La salida del empresario de la Secretaría de Obras podría ser recordada cuando en Morelos haya el retorno de las actividades, porque hay diputados quienes ya plantean solicitar una auditoría exhaustiva en la dependencia.
Tal vez por las formas en que plantean revisar el uso de los recursos financieros y materiales los legisladores podrían poner un obstáculo a la “carrera política” del señor Giménez, sobre todo por los enfrentamientos que tuvo con éstos.
De hecho, tampoco tendrá el apoyo de los integrantes de la Cámara de la Industria de la Construcción en el estado, porque fueron relegados y jamás escuchados.
Y al final todo parece que el paso de Fidel Giménez en la vida pública y política del estado fue de paso, con más pena que gloria y sin favorecer realmente a los morelenses. Por hoy es todo. Nos leemos el viernes.