Polarización institucional en dependencias
El error cometido por el equipo de redes sociales de la Secretaría de Energía, que utilizó la cuenta oficial en twitter de la dependencia para defender al gobierno y al presidente López Obrador, vuelve a abrir el debate acerca de la forma en que desde el interior de las dependencias federales se propicia la polarización y se refuerza la propaganda oficial. La secretaria, Rocío Nahle, ofreció una disculpa por el uso indebido de la cuenta, pero el desliz refuerza la sospecha de que las mismas personas que manejan las cuentas de algunas secretarías también controlan otras redes de cuentas con una agenda para defender otros intereses.
Los fuegos de la 4T
Hace justo una semana, el presidente interino de Morena, Alfonso Ramírez Cuéllar se encargó de encender la discusión política por su propuesta para “fiscalizar” la propiedad privada, iniciativa que el propio López Obrador rechazó; unos días después, los diputados federales del partido guinda reavivaron el debate por su propuesta de “desaparecer” fideicomisos, aunque ante la reacción adversa, terminaría matizándola. Y este fin de semana, surgió otro “incendio” en Puebla, por las reformas a la Ley de Educación aprobadas el pasado 15 de mayo por el Congreso del estado, que presuntamente abre la puerta para que el gobierno intervenga en las instituciones privadas. Llama la atención que justo en los momentos más complicados de la emergencia sanitaria se multipliquen los “fuegos”, avivados por actores de la 4T.
Acelera y se aleja
Nos comentan que el posible distanciamiento entre Antonio Pérez Garibay y su hijo, Sergio “Checo” Pérez, se debe a que el piloto de la F1 quiere pintar su raya y no quiere verse involucrado en algunas actividades que realiza su padre en nombre de Morena. Pérez Garibay quiere ser alcalde de Guadalajara en 2021, así que si no quiere que se repitan sus fracasos de 2015, cuando también buscó la alcaldía; o de 2018, cuando quiso ser delegado federal en Jalisco, más le valdría comenzar a limpiar su imagen y alejarse de los escándalos.