López-Gatell, víctima de su éxito
Los nombres y las palabras importan. El subsecretario Hugo López Gatell se está dando cuenta.
Para enfatizar la necesidad y la urgencia de que los mexicanos nos confináramos en marzo, a la orden le puso nombre: Jornada Nacional de Sana Distancia, y cara: Susana. La repitió mil veces. Todos a casa. Solo algunos, llamados esenciales, podían abrir y trabajar.
Pero también le puso fecha: 1 de junio, y la repitió. Él sabía que los virus no respetan fronteras de ningún tipo y que en marzo la propagación era diferente en unos estados del país que en otro. Que, de nacionales, las pandemias tienen poco.
Pero el parón y el discurso fue para todos. Y sí, sirvió.
Cuando hace unas semanas comenzaron a presentar la nueva fase, la estatal; porque como es natural el virus había caminado diferentes rutas en cada región, comenzó la confusión.
Y ese mensaje no tuvo los efectos que había tenido el primero. La movilidad comenzó a aumentar y empresas a abrir porque pues ya casi era primero de junio, aquella fecha prometida.
La Ciudad de México, que desde hace más de una semana ha insistido que, por lo menos hasta el 15 de junio siguen las mismas indicaciones, pero vimos aumento en la actividad desde el fin de semana. Hoy se ve complicado que sea el 15 de junio. López Gatell lo intenta ahora cada noche, pero es víctima de su primer éxito.
El domingo, por ejemplo, lo dijo de muchas maneras: “Hoy no, no se acaba la epidemia, hoy no se acaba la restricción necesaria de la movilidad en espacio público para seguir mitigando la epidemia de covid-19….”
“Mañana, primero de junio, no es regresar a la normalidad, no es abrir libremente todas las actividades sociales, económicas y desde luego las educativas, no lo es, no lo es…”
“La única diferencia con la conclusión de la Jornada Nacional de Sana Distancia es que a partir de mañana 1º de junio las entidades federativas, sus gobiernos, quienes son autoridades sanitarias de carácter, tomarán en sus manos las disposiciones que ayuden a reducir contagios…”.
Demasiado tarde: las celebraciones anticipadas —que si ya la domamos, que si la aplanamos—; el viaje del Presidente que no ayuda; las broncas con los gobernadores, la desesperación de muchos que han perdido ingreso, u otros que simplemente ya quieren salir, pintan un cuadro preocupante.
@puigcarlos