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DE POLÍTICA Y COSAS PEORES

En el pueblo habían proliferado las damas de la noche, y el alcalde ordenó que se hiciera una redada de ellas. Un juez las interrogó antes de fijarles la fianza. "¿A qué se dedica usted?" Respondió una: "Soy secretaria". "¿Y usted?" "También yo soy secretaria". "¿Y usted?" "Secretaria también". Tocó el turno a otra: "Y usted ¿a qué se dedica?" Lisa y llanamente respondió la mujer: "Soy prostituta". Al juzgador le agradó su franqueza. Le preguntó: "Y ¿cómo va el negocio?" "Mal, señor juez -respondió ella-. Hay demasiadas secretarias haciendo lo mismo que yo"... Un hombre era operario de una fábrica, y le consiguió a su compadre un empleo ahí. El primer día de trabajo lo instruyó sobre los procedimientos de la planta. Por ejemplo, había que pedir permiso para recabar en el almacén los elementos necesarios para hacer la chamba. Le dijo: "Vamos a pedir un permiso para tornillos". Poco después: "Vamos a pedir un permiso para tuercas". Y así. Llegó la hora de la comida. Después de consumir sus alimentos el hombre le dijo a su compadre: "Vamos a pedir ahora un permiso para pernos". "¡Ah no! -estalló el otro-. ¡Si hasta para eso hay que pedir permiso yo no quiero trabajar aquí!"... La obligada renuncia de Beltrones a la presidencia nacional del PRI fue un clavo más en el ataúd de ese partido. La nominación de Enrique Ochoa Reza para dirigirlo es una tachuelita que ahora se le pone a ese féretro. La primera reacción de muchos al conocer tal designación, priistas y no priistas, fue preguntar, como en la cancioncita de Cri-Cri: "¿Y quién es ese señor?" Se puede decir que es una figura menor, al menos si se le compara con el figurón que ocupó antes ese cargo. También su estatura es reducida al lado de otros dirigentes, como el del PAN, Ricardo Anaya, al que todos llaman ya "el joven maravilla", o el colmilludo Batres en Morena. Se diría que hay una conspiración hecha desde adentro para entregar la Presidencia a la oposición en el 2018. La designación del poco conocido Ochoa Reza debilita al prigobierno de cara a ese proceso electoral, que para todos los efectos ha empezado ya. Démosle a Ochoa el beneficio de la duda, pero con mucha duda sobre el beneficio... Al terminar el trance de amor la madura y experta muchacha le preguntó a su novel galán: "¿Te gustó, Impericio, haber encontrado el caminito del amor?" "Sí -respondió el muchacho-. Pero más que caminito me pareció autopista de cuatro carriles"... Sentados en la banca de un parque dos viejecitos veían a las lindas muchachas que pasaban libres y alegres, y a las parejas que se besaban apasionadamente. "Te noto triste -le dijo uno de los ancianos a su amigo-. ¿Qué te pasa?" "Pienso en nuestra mala suerte -respondió con un suspiro el otro-. El mundo en plena revolución sexual, y nosotros ya sin parque"... Dos muchachas estaban en la playa cuando pasó frente a ellas un hombre joven, alto, robusto, musculoso. "¡Ése es mi tipo de hombre! -le dijo muy entusiasmada una de las chicas a la otra-. ¡Ya me imagino lo feliz que sería yo por las noches si me casara con él!" Acotó la otra: "No te guíes por las apariencias. Un vecino mío tiene en su casa un garaje enorme, para cuatro automóviles, y lo único que tiene en él es una bicicletita". (No le entendí)... FIN.

Ámbito: 
Nacional
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