En 2021 la gente decidirá si vuelven los conservadores
Dentro de un año —el domingo 6 de junio de 2021, para ser precisos—, los ciudadanos están convocados a las urnas para participar en las elecciones que decidirán el mayor número de cargos públicos en la historia moderna del país.
Como cada tres años, se renovarán los 500 escaños de la Cámara de Diputados, pero habrá, además, comicios locales en todas y cada una de las entidades federativas.
Será la primera vez que, de manera simultánea con las votaciones federales, se elijan 15 gobernadores, además de 29 congresos locales y mil 869 de los 2 mil 457 ayuntamientos del país.
De acuerdo con la ley, el proceso electoral federal deberá iniciarse en menos de tres meses, el próximo 1 de septiembre, aunque no puede descartarse un retraso causado por los efectos de la contingencia sanitaria y la pospuesta renovación de cuatro consejeros en el INE.
Desde hace cuatro sexenios, las elecciones intermedias y los comicios locales que se celebran en la misma fecha han representado un reto para el gobierno en turno.
En 1997, el PRI perdió, por primera vez, la mayoría en la Cámara de Diputados, así como las gubernaturas de Querétaro y Nuevo León y la Jefatura de Gobierno del entonces Distrito Federal.
En 2003, el gobernante PAN no logró traducir en votos su eslogan de “quítale el freno al cambio” y perdió ocho puntos en los comicios para renovar la Cámara de Diputados y tampoco pudo retener el gobierno de Nuevo León.
En 2009, el propio Acción Nacional quedó en segundo lugar en la elección legislativa ante el PRI, que además le arrebató el codiciado “corredor azul” en la zona conurbada del Estado de México y la gubernatura de Querétaro.
En 2015, el PRI logró la mayoría en San Lázaro, por primera vez desde 1997, pero a cambio perdió tres gubernaturas: Michoacán, Nuevo León y Querétaro.
Como se ve, para el partido del gobierno no ha sido sencillo presentarse en las urnas luego de los primeros tres años del sexenio.
El domingo pasado, el presidente Andrés Manuel López Obrador habló por primera vez de los comicios del año entrante. En un video grabado en Palenque —en ruta hacia Cancún para realizar su primera gira en dos meses—, el mandatario expresó lo siguiente: “Vienen, el año próximo, las elecciones para renovar el Congreso (sic). Ahí la gente va a votar si quiere que regrese el conservadurismo, que regrese la corrupción, que regresen los privilegios”.
No parece, pues, que López Obrador quiera mantenerse ajeno a las elecciones intermedias y los comicios locales, especialmente los de gobernador, ahora que algunos mandatarios estatales se han convertido en las principales figuras de la oposición.
Probablemente sabe que si el oficialismo pierde la mayoría en San Lázaro, su agenda de cambio se verá interrumpida y, por si fuera poco, eso envalentonaría a sus “adversarios” para buscar destituirlo en la consulta para revocación del mandato que, de ser activada por los ciudadanos, ocurriría en 2022. Seguramente pensando en eso, es que ha reemprendido sus giras por el país.
A un año de distancia, no parece que el Presidente tenga de qué preocuparse, pues los seis partidos que lo apoyarán en la búsqueda de mantener la mayoría en la Cámara de Diputados (tres con registro actual y tres con posibilidades de convertirse en nuevos partidos) sin duda tienen lo suficiente para conseguir, todos juntos, los votos requeridos. Más aún, frente a una oposición que luce dividida y desmotivada.
Sin embargo, un año es un largo trecho y todavía está por verse si el gobierno de López Obrador resistirá los efectos que dejen la pandemia del coronavirus y el deterioro de la economía o si éstos dañarán al oficialismo en la opinión de los ciudadanos.
buscapiés
*Pese a que ya lleva un año y medio en el gobierno, López Obrador aún tiene instintos de opositor. En el mismo video se refirió a quien es, para él, “uno de los intelectuales orgánicos del régimen”, por mencionar la revocación del mandato en 2022. ¿“Del régimen”? ¿Pues quién está en el poder?