. Justicia necesaria. El senador Ricardo Monreal propone fortalecer los mecanismos de protección a activistas y periodistas. Pone énfasis en dos oficios que se han vuelto de alto riesgo. La iniciativa garantizaría la imposición de medidas de protección en el menor tiempo posible y ante cualquier amenaza o peligro potencial. La propuesta modifica diversos artículos de la Ley para la Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, con el fin de integrar a la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas en la construcción e implementación de medidas. Un poco de luz al oscuro panorama que viven ambos actores sociales, a quienes el propio legislador zacatecano ha reconocido ante la crisis causada por el covid-19. Activistas y comunicadores en la agenda de Monreal. Eso ya es una fortuna.
2. De mano blanda. Al diferir con el subsecretario de Salud federal, Hugo López-Gatell, quien aseguró que en la entidad no se ha estabilizado la pandemia, pues se ha dejado de cumplir con las medidas sanitarias, el gobernador Adán Augusto López Hernández salió rápidamente en su defensa. El rebrote de covid-19 en Tabasco no se dio porque se hayan relajado las medidas, aseguró; no obstante, aceptó un aumento en la movilidad, pero argumentó que él no dirige un gobierno represor. Señaló que será complicado levantar las medidas de confinamiento, pero se debe buscar que el estado no siga siendo afectado económicamente. No es culpa de su gobierno. No. “Las medidas no se relajaron, un número importante de ciudadanos decidió salir a comprar pizzas, pasteles, dar la vuelta, se aumentó la movilidad”, sostuvo. Ah, vaya… Entonces está perdonado.
3. Qué fea es la ignorancia. Habitantes de Totolapa, en Chiapas, se negaron a que las autoridades locales llevaran a cabo trabajos de sanitización y les exigieron retirar los filtros sanitarios, además de dejar de aplicar gel antibacterial, por considerar que con ello se contagia a las personas para “cumplir con la cuota de muertos que exige el gobierno”. Tal ridiculez la dijeron, armados con palos, machetes, rifles y pistolas, unas 150 personas que se manifestaron a las afueras de la presidencia municipal. Los habitantes de esta comunidad, así, sin más razonamientos que los desatinados, bloquearon el ingreso de las autoridades de Salud. Acusaron que el líquido que arrojan provoca la muerte. ¿Y las autoridades?, como si estuvieran pintadas.
4. Avispero. La propuesta de aumentar impuestos a refrescos, alimentos de alto contenido calórico y cigarros, hecha por alguna de las voces de Morena, raya con la realidad por su insensibilidad, pues en un panorama con 14 millones de nuevos pobres, millón y medio de empleos perdidos, salarios reducidos, miles de cierres de negocios, peligro pandémico, los legisladores pretenden golpear los bolsillos. La fracción de Morena manifestó su apoyo al pequeño comercio, al consumo y economía local, pero actúa en sentido contrario. Un aumento de impuestos desataría una escalada de precios. “¿A dónde va a dar el dinero recaudado por el IEPS? Al gasto corriente del gobierno, ya que muy poco o nada de este dinero se destinó al sector salud”, enfatizó Cuauhtémoc Rivera, presidente de ANPEC. Urge la respuesta, no los impuestos.
5. El costo del covid. Un cálculo conservador del gasto que el gobierno federal ha hecho en 86 días, entre el 9 de marzo y ayer, solamente en la hospitalización de 32 mil 608 pacientes infectados de covid-19, apunta a presupuestos multimillonarios, tomando como referencia el costo promedio que alcanza la atención a alguien que padece coronavirus y es atendido por la industria de seguros médicos particulares. El gasto promedio por paciente es de 416 mil 721 pesos, según el Reporte de Casos Covid-19 en población asegurada, de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros. La inversión por la vida que realiza el gobierno de Andrés Manuel López Obrador va en congruencia con la gravedad del caso. Lo que es intolerable es que personal del sector Salud siga siendo agredido. Ya párenle, por favor.