Guerrero: hambre, remesas y jornaleros
En la Montaña de Guerrero la crisis provoca hambre, la necesidad, migración.
Me dice Abel Barrera, director del centro Tlachinollan: “Se está quebrando la columna vertebral de las comunidades indígenas, que son las remesas de Estados Unidos. Eso es lo más fuerte. En la Montaña no hay familia que no tenga un hijo, un esposo, una hija, un hermano en Nueva York. Por eso aquí le llamamos ‘Tlapayork’”.
Cuenta Abel que hasta mediados de abril todavía llegaban los dólares. “En marzo todavía vimos cómo la gente se apostaba aquí en las casas de cambio llevándose pues esos 300 dólares que le mandan cada mes; en abril bajó, pero algo llegó. Para mayo algunas de las casas de cambio hasta habían cerrado”.
El desempleo en Estados Unidos ha pegado a los guerrerenses de la Montaña y también la muerte. El centro tiene un registro de los familiares de habitantes de la Montaña que han muerto en Estados Unidos: 29 hombres y siete mujeres, la mayoría en Nueva York.
Cuenta Abel Barrera: “Entonces lo que están haciendo las familias, sobre todo las que viven del campo, es salir con sus hijos e hijas a los campos agrícolas del norte del país y lamentablemente, por ejemplo, hemos estado documentando que se están yendo a Chihuahua, al municipio de Delicias. Ahí pues también tienen casos de contagio, entonces imagínate, están recorriendo parte de la República desde el centro hasta el norte en camiones destartalados y en los campos donde todavía nadie les garantiza que van a tomar medidas preventivas para el contagio”.
Solo en mayo, según ha documentado el Centro Tlachinollan, migraron como jornaleros al norte del país 2 mil 929 habitantes de la Montaña; el promedio en los meses anteriores era menos de 100. Solo de un municipio, Cochoapa el Grande, se han ido mil 225 personas de febrero al 27 de mayo.
Me cuenta Abel: De a cinco pesos la cubeta de chile que llenes. Si te va bien, harás 150 o 200 pesos al día, sin ninguna prestación social, habitando en galeras que no cuentan con servicios de agua ni condiciones dignas para la preparación de sus alimentos. Las madres que tienen niños pequeños se los llevan al campo, para que sus hijos mayores cuiden de ellos sobre los surcos. Menores de 12 años son el 12 por ciento de los que han migrado este año. Una parte de México en el 2020.
@puigcarlos