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ESTRATEGIAS

CES: Simple espectadora

El coordinador de Seguridad Pública en Morelos, vicealmirante Antonio Ortiz Guarneros tiene un grave problema: conoce a la perfección el escenario en el que se mueven los grupos de la delincuencia organizada en Morelos; sus protagonistas, sus alianzas, sus reacomodos, pero no puede hacer nada para evitarlo. En la práctica es –como toda la sociedad morelense un simple observador. Al menos eso es lo que se deduce después de leer la entrevista que le hizo el periódico Reforma en días pasados.

El integrante de la Secretaría de Marina comisionado en Morelos aporta detalles de cómo Morelos enfrenta una violenta disputa entre grupos criminales locales que han establecido alianzas con grandes cárteles en busca de controlar la venta de droga, la extorsión y el secuestro en la entidad. “Sabemos que ya llegaron los del CJNG (Cartel Jalisco Nueva Generación), pero vinieron sin armas, las armas le iban a llegar posterior”, afirma, al narrar un supuesto encuentro entre el número dos del grupo de “El Señorón” y “El Mencho”, en tierras michoacanas.

Según refiere el titular de la CES en Morelos, la organización delictiva “Los Maya”, hizo un pacto con La Familia Michoacana para pelearle la plaza a la alianza entre “Los colombianos” y el CJNG.

Como si fueran empresas que construyen alianzas estratégicas para quedarse con el mercado de determinado producto, Guarneros dice que no tiene más de dos meses de que hicieron esos pactos, es decir, en plena pandemia. “Hay dos grupos principales que quieren demostrar su hegemonía en el lugar y por lo cual están buscando alianzas”, dice en la entrevista a Reforma. No hace falta que nos lo diga. Todos nos hemos dado cuenta de ello.

El pasado sábado cuando la luz del día todavía no se iba, la tranquilidad de los pocos comerciantes que laboran en la populosa colonia Tres de Mayo, en el municipio de Emiliano Zapata, se vio interrumpida por una serie de balazos. Los cocineros de un restaurante que trabaja “con cortina abajo” por disposición municipal, se tiraron al piso cuando comenzó la balacera. Fueron más de 20 impactos de diferentes armas los que se escucharon. Tras esperar un rato, salieron a ver qué sucedía y pudieron observar una escena que supera cualquier guion cinematográfico. Un hombre yacía a media calle mientras otro estaba junto a un vehículo “tuneado”.

Seis hombres murieron en ese enfrentamiento que a leguas se notaba fue una disputa por el territorio entre delincuentes. Los decesos de la colonia Tres de Mayo se suman a los 282 homicidios dolosos registrados por la Secretaría Ejecutiva del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) en los primeros cuatro meses del 2020. Todos los días, quienes vivimos en este estado y estamos al pendiente de las transmisiones en vivo del intrépido reportero Alex Perutzi, tomamos con normalidad que por lo menos cada cinco o seis horas nos avise de una o dos personas acribilladas a balazos, con las características típicas del “ajuste de cuentas” entre delincuentes. Por si no fuera suficiente, ahora los grupos de la delincuencia organizada tienen sus “medios de comunicación” que son páginas de Facebook donde resaltan las acciones de los cárteles a los que pertenecen.

Así, todavía no se realiza el levantamiento del cadáver por parte de las autoridades cuando ya la página de Facebook está dando “santo y seña” de quién era el muerto. A últimas fechas también publicaron fotos de encapuchados repartiendo despensas en pleno centro de Cuernavaca. Otra tarea de estas páginas de Facebook con nombres similares a los noticieros (y algunos medios de comunicación reconocidos que sorprendentemente se han convertido en sus voceros), es difundir los “narcomensajes” que se envían unos y otros.

Antes eran cartulinas con letras inentendibles, hoy son lonas impresas con máquinas Plotter (cuyo valor en el mercado no baja de 200 mil pesos) en letras negras y rojas, sin faltas de ortografía. Así que no es ninguna novedad que el responsable de la seguridad en Morelos trate de justificarse diciendo que “los Maya son un violento grupo dedicado a la venta de drogas y a la extorsión que es liderado por Abel Maya; mientras que la cabeza de Los Colombianos es Francisco Javier Rodríguez Hernández, quien se hace llamar el XL, El Frank o, más recientemente, El Señorón y quien ha ido en ascenso”.
“Creemos que Los Rojos van en extinción, aunque hay algunos por ahí que se llaman operadores, se hacen llamar la gente de El Señor de los Caballos, donde hay un individuo que le apodan El Mayor que ya lo tenemos identificado”, indicó Ortiz Guarneros a Reforma. “Guerreros Unidos sigue existiendo; han buscado la alianza con el XL y sabemos que los acaban de traicionar”, remata.
Sí, lo sabe todo (o al menos todo lo que le dicen sus comandantes, muchos de los cuales están infiltrados), pero nada han hecho al respecto. Los policías estatales, e incluso los elementos de la Guardia Nacional, han reducido su accionar a llegar después de las balaceras y poner cinta amarilla en un radio cada vez más amplio de donde están los cadáveres.
Seguramente han de estar gastando mucho en cinta amarilla para acordonar escenas del crimen. De esta manera, sociedad y autoridades vemos cómo todos los días se matan “entre ellos”, y nuestro único consuelo es que hasta ahora sus disparos han sido certeros y no se ha muerto gente inocente. Por otro lado, si se le quiere buscar un lado positivo, habrá que reconocer que nuestros vecinos de Guerrero, de Michoacán o incluso de la Ciudad de México están peor que nosotros en número de homicidios dolosos. Pero quien diga que Morelos vive en un estado de Derecho, estará mintiendo. HASTA MAÑANA

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