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DUDA RAZONABLE

¿Importa la bronca en Morena?

El único semáforo del país que, sin confusiones, está claramente en verde es el que adelantó las elecciones del próximo año.

Y como es normal, en ninguna organización ha creado tal desbarajuste como en Morena, y digo normal porque es hoy mayoritaria no solo en las dos Cámaras, por supuesto ocupa la Presidencia y encabeza todos los sondeos por partidos rumbo a las elecciones. Entiendo que las elecciones son locales y hay que ser cautelosos con las encuestas nacionales, pero no es como que los otros partidos tengan grandes presencias locales que opaquen o nulifiquen, por ejemplo, la aprobación del Presidente.

El planteamiento de Andrés Manuel López Obrador rumbo a 2021, además, puso las cosas claras para la apuesta de Morena en esas elecciones: o estás con ellos (es decir, todos los demás) o con nosotros.

Ya veremos si las oposiciones le toman la palabra al Presidente, pero los candidatos de Morena no tendrán mucho para dónde hacerse.

No es sencillo convertir un movimiento construido fundamentalmente por un líder para llevarlo a la Presidencia, en un partido organizado. Menos si muchos de los que medianamente, al menos por experiencia, podrían armar esa organización están hoy en otras cosas que les dan más poder y presencia, ya sea en el gobierno o en el Legislativo.

La nota de mi compañera Liliana Padilla de ayer lo deja claro desde la entrada: la guerra interna en Morena se recrudece. Mala cosa cuando el actual dirigente nacional —que llegó ahí porque no hubo forma de hacer la sustitución de manera ordenada— está investigando por presuntas corruptelas a la anterior dirigente, y según reportó Liliana: “Además, se alistan denuncias contra Polevnsky por los delitos de lavado y daño patrimonial”.

En la frustrada sucesión de Polevnsky, muchos pidieron señales desde Palacio, a la vieja usanza priista, pero evidentemente no tuvieron respuesta. Es más, por ahí les dijeron que por él, si seguían así, se iba del partido.

No veo tampoco a otros morenistas relevantes y con poder, ni en las Cámaras ni en gobiernos estatales, ni en el gobierno, muy metidos con el destino de su partido.

A lo mejor porque los que importan saben que lo que pasa al interior no es más que una pequeña guerra burocrática y las verdaderas decisiones rumbo al futuro se tomarán en otra parte.

Ámbito: 
Nacional