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DÍA CON DÍA

Policías. La escuela invisible, 4

La escuela de la brutalidad policiaca mexicana dio un salto cuántico durante la primera guerra declarada del país contra las drogas, en los años setentas.

La violencia policiaca tolerada y premiada por el Estado mexicano, por Washington y por sus agentes en suelo mexicano, se volvió rutinaria durante la Operación Cóndor, de 1973.

“La brutalidad alcanza su cima durante esta campaña militar contra las drogas, apoyada por la DEA”, dice Benjamin Smith, cuya historia sobre la droga verá la luz el año entrante. “En Sinaloa, la Operación Cóndor es dirigida por el comandante Jaime Alcalá de la Policía Judicial Federal” .

Durante aquella campaña, miles de pequeños sembradores de mariguana eran arrestados, torturados y asesinados.

Los agentes de la DEA llamaban aquel periodo el de las ‘atrocidades’. Decían, bromeando, que el comandante Alcalá ‘mató más mexicanos que la viruela’.

Así recuerda un agente de la DEA al comandante Alcalá y a su lugarteniente, Gerardo Serrano:

Alcalá empezó de inmediato a torturar y matar criminales. Se sabía que tenía cementerios clandestinos en áreas remotas donde enterraba a cientos de criminales violentos. Su brazo derecho, Gerardo Serrano, cumplía las órdenes de Alcalá al pie de la letra. Serrano parecía un estudiante universitario, pero podía matar sin dudarlo ni estremecerse.

Los comandantes educados en aquella escuela del hampa tomaron el mando policiaco del país con el ascenso de Arturo Durazo al favor presidencial, en 1976, y ya en 1980 los dueños del tráfico de drogas eran ellos, no el Cártel de Guadalajara.

Toda aquella violencia dejó dos legados, dice Smith:

Primero, puso a los narcotraficantes a denunciarse entre sí para evitar la tortura o la muerte. Segundo, arrebató a las policías locales el negocio de la protección al narco que debieron compartir desde entonces con la PJF y los militares.

Los dos legados persisten a la fecha, concluye Smith. Lo que los medios y la policía describen como guerras entre cárteles son a menudo ilusiones ópticas. Solo son conflictos generados por un cártel que denuncia a otro o pleitos de distintas instituciones del estado por el control de la protección del narco y sus ganancias (https://t.co/y0B3UI7Yvo).

hector.aguilarcamin@milenio.com

Ámbito: 
Nacional