UNA COSA hay que reconocerle a los priistas: a pesar de los años siguen dominando el arte de flexionar la espalda al frente al tiempo que repiten convencidos: "Sí, señorpresidente; lo que usted diga, señorpresidente".
A MENOS que haya una sorpresa de último minuto, hoy a las 13 horas quedará consumado el dedazo que convertirá a Enrique Ochoa Reza en el nuevo dirigente nacional del PRI.
APENAS dos horas durará abierto el registro de aspirantes a suceder a Manlio Fabio Beltrones, pero todo indica que esta elección está más cantada que "Bésame mucho". Se sabe que al menos un integrante del gabinete pidió permiso a Los Pinos para inscribirse, pero le dijeron que ni se moviera.
DE HECHO la bufalada ya dejó sentirse a lo largo del fin de semana, obligando a los viejos priistas a encontrarle docenas de cualidades a Enrique Ochoa, con todo y que apenas lo conocen.
PERO, BUENO, si nadie más se inscribe, mañana mismo habrá nuevo líder tricolor, el cual tendrá que ponerse a trabajar de inmediato... para que en su partido lo conozcan.
MÁS TÍPICAS que las guitarras de Paracho son las desconexiones entre la clase política michoacana y la dolorosa realidad en aquel estado.
COSA DE VER que ayer Silvano Aureoles anunció triunfante que realizará una gira nacional -al estilo de los tours de la cantante Belinda-, quesque para fortalecer al PRD rumbo a las elecciones presidenciales de 2018.
Y NO ES QUE el gobernador de Michoacán -con apenas nueve meses en el cargo- ya esté soñando con ser presidenciable... por ahora.
LO CURIOSO es que mientras Aureoles sonreía mirando al 2018, en Apatzingán la violencia volvía a imponer su terror con tres ejecuciones, una con narcomensaje incluido, en distintos lugares y horas. ¿Será que en su gira de autopromoción Aureoles hablará de cómo ha logrado pacificar su estado? No se vaya a morder la lengua.
HOY QUE se vuelvan a sentar a la mesa de diálogo los representantes de la CNTE y Miguel Osorio Chong, más de uno se estará preguntando: ¿y qué será de Aurelio Nuño?
PORQUE no es por andar zopiloteando a nadie, pero la caída de Emilio Chuayffet tuvo como antecedente el mismo hecho: que el secretario de Gobernación tuviera que ponerse a atender los asuntos que le tocaban al secretario de Educación Pública.
ADEMÁS, resulta más que notorio el silencio que ha guardado en estos días Nuño, contrastante con su enérgico discurso minimizando las protestas de los maestros. A lo mejor ya se fue de vacaciones.